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Fujimori capitaliza la detención del líder de Sendero como éxito de la "democracia" que impuso con su golpe

El presidente de Perú, Alberto Fujimori, aseguró, en un mensaje al país emitido al filo de la medianoche del domingo (madrugada del lunes en España), que se impondrá "la máxima sanción posible" (cadena perpetua) a Abimael Guzmán, de 57 años, jefe del grupo guerrillero maoísta Sendero Luminoso, capturado el domingo en Lima. La televisión mostró a Guzmán, calificado por Fujimori de "genio diabólico" en actitud sumisa, mientras en la capital se pedía su ejecución. En el mismo discurso, Fujimori resaltó el triunfo de lo que definió como "una auténtica democracia" la que impuso en abril con su autogolpe.

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Mientras tanto, los atentados te rroristas continúan y ayer en Lima, tomada por las fuerzas de seguridad, cayó asesinado un suboficial de policía. En puntos próximos a la capital se produje ron atentados con explosivos, que causaron heridos y daños. La población limeña comenta la detención de Guzmán y se palpan la satisfacción y el alivio. La mayoría de los comentarios en la calle y en llamadas a emisoras pi den la ejecución del detenido. Muchos preguntan por qué no se le ejecutó de forma sumaria en el momento de la detención. Durante el mensaje televisado de Fujimori se mostraron imágenes de Guzmán y de los otros siete detenidos. Llamó la atención la actitud sumisa y entregada del cabecilla terrorista, quien durante más de 12 años ha dirigido una guerra popular contra el Estado peruano que ha provocado unas 25.000 muertes y 22.000 millones de dólares en daños (casi dos billones de pesetas).

La mayor parte del discurso de Fujimori estuvo dedicada a ridiculizar a Guzmán a base de expresiones despectivas y las imágenes que parecían destinadas a destruir el mito del combatiente. "Siniestro personaje", "sujeto en estado de ebriedad", "este individuo", "genio diabólico" y "el mayor sicario del narcotráfico", fueron algunas de las expresiones que Fujimori dedicó a Guzmán.

Al mismo tiempo que el presidente hablaba, la televisión mostraba al temido líder senderista, considerado por sus seguidores como 'la cuarta espada del marxismo". Guzmán apareció ante las cámaras como un corderito obediente, cumpliendo las órdenes que le daban sus guardianes, que no aparecían en imagen. El llamado presidente Gonzalo conserva la misma imagen que mostraban los carteles y anuncios de televisión en los que se ofrecía un millón de dólares por su captura. Vestido de oscuro, tenía un claro aspecto de cura de vieja usanza. En un momento concreto, mientras sus seguidores agitaban los brazos y gritaban consignas que la televisión no transmitió, Guzmán adoptó una actitud de recogimiento y mantenía los dedos entrelazados en un gesto casi de oración.

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"Abimael el exterminador"

Parecía increíble que aquel gordito de aspecto inofensivo fuese el monstruo a que se refería Fujimor¡. El presidente peruano exclamó en su discurso: "¡Éste es Abimael el exterminador, pero también Abimael el disipado. En suma, un monstruo. Estamos ante un monstruo. Éste es el hombre que. ordenó muchas veces incursiones genocidas en pueblos jóvenes [barrios pobres] y poblaciones campesinas donde hombres y mujeres fueron degollados y mutilados". El colmo de la humillación de Guzmán llegó cuando le mostraron desnudo de cintura para arriba y con actitud de total sumisión se vistió la camiseta oscura. Sobre el pecho le pusieron un cartel con el número de detenido 1.509 y la fecha del 12 de septiembre.

Insistió Fujimori en su discurso en el compromiso de "derrotar a los grupos terroristas antes de 1955" y destacó: "Los peruanos, que somos 22 millones, nos enfrentamos a un puñado de fanáticos. Hoy los peruanos ya somos conscientes de que no es posible que una pequeña y enloquecida secta pueda derrotar a un país". Fujimori apeló a los países del mundo para que apoyen a Perú y se lamentó de que "más importantes eran los derechos humanos de una banda terrorista y genocida, que los de 22 millones de peruanos". Fujimori comparó a los dirigentes de Sendero Luminoso con "los criminales nazis de la II Guerra Mundial" e insistió en la conexión con el narcotráfico. Al mismo tiempo, denunció el presidente peruano la existencia de "embajadores" senderistas en varios países extranjeros. Entre éstos, mencionó a Javier Múgica Contreras como "embajador senderista" en España.

Aprovechó Fujimori el éxito de la detención de Guzmán para justificar y legitimar el fujigolpe del pasado de abril y destacó la unidad nacional surgida a partir de aquella fecha: "Las grandes mayorías han rechazado los vicios y defectos de una falsa democracia y quieren ahora una auténtica democracia, para terminar de una vez por todas con la mayor lacra de nuestra historia republicana".

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