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Fiestas con peligro

17 encierros se corren este fin de semana en los pueblos sin seguridad suficiente para los mozos

Organizar un encierro en las fiestas de un pueblo requiere acotar unas calles para que corran hombres y animales y separarlas bien; llamar a un arquitecto o aparejador para que certifique que el tinglado es lo suficientemente seguro para espectadores y corredores, contratar a un torero que lo dirija todo con 10 ayudantes y suscribir un seguro colectivo de accidentes.Con todos los papeles, se pide permiso a la policía de Espectáculos. Este ha sido el proceso en casi un centenar de casos, porque en 1992 se han celebrado, hasta el día de hoy, 98 encierros taurinos en la comunidad. Todos los permisos solicitados se concedieron, según la policía, porque todo estaba en regla. Pero luego, ¿quién controla que los actores cumplan su papel? Según se ve, nadie.

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Despistar a 'Seguidillo'

Hace justo una semana, Óscar Martín murió cuando una ambulancia le llevaba, agonizante, a Madrid. Un novillo de tres años y cuatro meses, con el número 13, le volteó tres veces por lo menos en la arena de una plaza de toros portátil, la de Torrelaguna, un pueblo de 2.500 habitantes a 58 kilómetros de Madrid. El animal volvió a él una y otra vez y nadie le echó un capote para despistar a Seguidillo, que, desgraciadamente, hizo honor a su nombre. Había un jefe de lidia, alguien que, según el reglamento es "un profesional taurino" o un "banderillero" que debe auxiliar a los mozos que corren. Su nombre es Leonardo Jesús Moreno López, según figura en los papeles. ¿Dónde estaba? ¿Por qué nadie tenía un capote? Debían estar allí también las 10 personas que, a tenor del reglamento, auxilian a los corredores.. Entre ellas figuraban, según reza la petición de permiso el propio concejal de fiestas, José María Ruiz Reina. Óscar, cuñado de otro edil del Ayuntamiento, murió; y la corporación insistió en que todo estaba controlado y que no fue más que un accidente desgraciado, porque el chaval, de 23 años, no se quedó quieto al caerse.

La Guardia Civil envió al juez de Torrelaguna un informe en el que daba cuenta de los heridos por asta de toro, que fueron seis, entre el encierro y el festejo que hubo en la madrugada. No se hace referencia al jefe de lidia; ni siquiera, por lo que comentó un agente, le preguntaron. Y el Ayuntamiento, que debería saberlo, no quiso informar a este periódico. Según el juez, la muerte de óscar se investigará si la familia pide que se haga: "No se investiga de oficio", añade el juez, "si no hay indicios de irregularidades". Si las hubo, parece que la Guardia Civil no preguntó por ellas.

El reglamento también dice que las sanciones las pone la Delegación del Gobierno. Pero los portavoces de este organismo no pudieron informar el viernes -último día laborable- sobre la cantidad de multas que se han puesto hasta ahora o si hay una inspección que controle, sobre el terreno, que todo está en orden. "Son las fuerzas del orden de la localidad las que controlan", dijeron.

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Los mozos de seis pueblos de la región correrán hoy delante de unos novillos. Ayer hubo 11 encierros y también hubo dos cogidas (en Santos de la Humosa) y al menos 10 heridos. La fiesta -y sus peligros- continúan.

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