El maremoto de Nicaragua agrava la epidemia de cólera

La sombra del cólera se apoderaba en las últimas 24 horas de los nicaragüenses al detectarse cerca de 40 casos entre las personas que han perdido sus hogares a consecuencia del maremoto que azotó la costa del Pacífico la noche del pasado martes. El violento oleaje provocado por un terremoto destruyó 227 kilómetros de costa, arrasó poblaciones enteras y ha dejado una saldo hasta ahora de casi 300 muertos y desaparecidos.

Los casos de cólera, epidemia que ya sufría el país desde principios de año, han sido detectados en los improvisados albergues que se han instalado en diferentes regiones de Nicaragua para auxiliar a las más de 4.000 personas que se han quedado sin casas después de la tragedia. Esta cifra podría incrementarse en las próximas horas, ya que muchos de los refugiados aún no han pasado los controles médicos.

El ministro de Salud, Ernesto Salmerón, dijo que estos casos suponen "una señal de alarma" ante la posibilidad de que la enfermedad, con más de 1.000 casos anteriores al maremoto y bajo vigilancia médica, pueda extenderse y escapar del control de las autoridades sanitarias.

La alarma no se centra exclusivamente en el cólera. Salmerón ha advertido de otros riesgos, como la malaria y el dengue.

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