Sadam niega que esté preparando una ofensiva terrestre contra los shiíes
Irak dejó entrever ayer que su estrategia consiste en cansar a los aliados. Consciente de que todo acto de desafío sólo dará pretextos a Washington, Bagdad recibió sin chistar a una nueva delegación de inspectores de las Naciones Unidas. Y en un esfuerzo por desvirtuar acusaciones norteamericanas de que Sadam Husein prepara una ofensiva contra los rebeldes shiíes en el sur, la prensa iraquí se deshizo en elogios a la población de esa zona, primero atacada y ahora protegida por la aviación aliada.
Como el Gobierno iraquí está convencido de que la zona de exclusión aérea impuesta por los aliados al sur del paralelo 32 el pasado jueves no es sino una maniobra para impulsar la reelección de George Bush, Bagdad ha adoptado astutamente la línea de la prudencia. Los shiíes del sur seguramente pueden respirar con alivio, por lo menos hasta después de la votación en noviembre.Lo que menos quiere Sadam en estos momentos es buscarse un conflicto con los aliados y este afán quedó elocuentemente demostrado con la recepción que Bagdad brindó a la misión de la Agencia Internacional de la Energía Atómica.
A su llegada a la capital iraquí, el jefe del grupo, el italiano Maurizio Zifferrero, declaró que no anticipaba obstáculos en su misión de inspeccionar plantas nucleares iraquíes en la región de Muthana, como paso previo a la destrucción del arsenal atómico y químico del régimen de Bagdad.
Según fuentes informadas, las Naciones Unidas esperan neutralizar los aproximadamente 30.000 proyectiles de esa naturaleza que supuestamente albergan los arsenales de Sadam Husein.
Latif Nassif Jazem, uno de los principales asesores del dirigente iraquí, no dio la menor señal de disgusto ante la presencia del equipo de Zifferrero. "Ya hemos recibido a más de 40 equipos de inspectores", dijo. "No hay ningún problema".
Estados Unidos ya ha sugerido que cualquier intento por entorpecer la labor de los inspectores podría ser interpretado como un desafío que no quedaría impune, mucho menos ahora que las fuerzas aliadas están en pie de guerra.
Queda por ver, sin embargo, si el equipo encabezado por el experto italiano podrá conseguir lo que otras misiones no han logrado: revisar documentos archivados en sedes de ministerios iraquíes.
Ningún movimiento aéreo
Por quinto día consecutivo, los pilotos americanos y británicos que patrullan el espacio aéreo al sur del paralelo 32 no consiguieron detectar ningún movimiento militar iraquí. Ello no sólo rebatió las denuncias de la oposición al régimen de Bagdad exiliada en Irán sino las sugerencias de Brent Scowcroft, el asesor de Seguridad nacional del presidente de Estados Unidos, George Bush, quien el domingo declaró que durante semanas se "registraron indicios" de que Bagdad se prepara para lanzar una ofensiva terrestre contra los rebeldes shiíes. "No quisiera decir exactamente qué es lo que haremos, pero creo que Sadam debería estudiar la situación muy seriamente", dijo.Scoweroft hizo esa afirmación en un programa de televisión en Washington que sirvió para enviar una advertencia que Bagdad parece haber captado al vuelo: en lugar de acusaciones de traición e insultos a los rebeldes, los diarios oficiales de Irak saludaron "Ia lealtad" y "resistencia" de la población sureña, subrayando que muchos rebeldes se han rendido al Ejército e incluso estaban pidiendo armas "para defender la patria ante esta nueva conspiración del imperialismo y del sionismo, que pretende destruir la integridad territorial de Irak".
Bagdad, además, se está aprovechando de la calma en el golfo Pérsico para llevar su caso a los foros políticos donde puede esperarse audiencia más solidaria.
Poco antes de partir a Indonesia, sede de la, cumbre del Movimiento de Países No Alineados, que se inaugura hoy en Yakarta, el vicepresidente iraquí dijo que su delegación "revelará con pruebas concretas el objetivo de la conjura encabezada por Washington".
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