El laberinto de la crisis
Las claves de la convulsión que la caída del dólar ha provocado en los mercados financieros,
1. Caída del dólarLa divisa estadounidense, que llevaba meses cayendo con un goteo incesante, inició en el mes de agosto lo que se temía una auténtica caída libre. La razón es clara: el dólar se desploma por su baja rentabilidad. Los tipos de interés en Estados Unidos a corto plazo -a tres meses- están en el 3,30%, los más bajos en 30 años. Los inversores, que esperaban una fuerte recuperación de la economía de Estados Unidos como motor para apreciar el dólar, no están interesados en mantener activos en el dólar mientras esa reactivación no se produzca y desvían su capital hacia otras monedas que ofrecen una remuneración más alta.
El marco se está beneficiando de este movimiento -se ha apreciado casi un 5% en esta última semana frente al dólar-, y se ha convertido en la divisa fuerte de los mercados internacionales. Los depósitos en la moneda alemana ofrecen una rentabilidad del 9,90%, seis puntos y medio por encima de la que da el dólar. Alemania tiene esos altos tipos de interés para actuar en dos frentes: contener la inflación y atraer capital extranjero para financiar la reunificación.
La situación de ventaja del marco frente al dólar se mantendrá mientras la recuperación estadounidense, que muchos expertos vaticinaban para principios de 1992, siga mostrando síntomas de debilidad.
2. Influencia de un dólar débil sobre las monedas europeas
La depreciación del dólar a favor del marco alemán ha agudizado las tensiones en el Sistema Monetario Europeo (SME). La divisa alemana se ha venido apreciando frente a algunas de las monedas comunitarias hasta el punto de forzar la intervención de los bancos centrales comprando sus respectivas divisas contra la más fuerte, para mantener la moneda en los límites de fluctuación que tienen asignado en SME.
Las monedas que más están siendo afectadas por la fortaleza del marco son la libra esterlina y la lira italiana. La peseta y el franco, que también se han depreciado, han tenido que ser apoyadas por sus bancos centrales.
España, el Reino Unido, y Portugal tienen asignada una banda de fluctuación del 6%, que les permite apreciarse o depreciarse en. este porcentaje con respecto al cambio central o paridad que tienen fijado en este mecanismo de cambio europeo. La peseta tiene un cambio central de 65 pesetas por marco. El resto de los países: Alemania, Holanda, Dinamarca, Italia, Francia, Bélgica, Luxemburgo e Irlanda pueden oscilar un 2,25% con respecto a su cambio central, al formar parte de la llamada banda estrecha del SME. Esta diferencia resta margen de maniobra a estos últimos países.
3. Temores a una nueva subida de los tipos de interés
Cuando las intervenciones no son suficientes para sostener la divisa, se pueden adoptar medidas más drásticas que devuelvan la estabilidad, como una subida de tipos que fortalezca la moneda. La libra ha sido la: divisa europea que ha estado en el ojo del huracán esta semana. El mercado ha reaccionado esta semana anticipando un aumento del precio del dinero en el Reino Unido que al final no se ha producido. La débil situación de la economía británica desaconseja esta medida, aunque el firme compromiso del Reino Unido de permanecer en el SME puede finalmente forzarla.
Esta posibilidad obligaría a España a subir también su tasa de interés para que la peseta no pierda posiciones. Italia, cuya moneda también cotiza en sus niveles mínimos frente al marco, estaría también obligada a subirlos. En el caso de Francia, dependería del resultado del referendum sobre Maastricht.
4. Reacción a la baja de los mercados de valores
Un aumento del precio del dinero en cualquiera de estos países europeos sería muy negativo dada la actual debilidad de sus respectivas economías: subir el precio del dinero retrasaría la recuperación económica y por ello, además, alargaría el proceso de convergencia de cara a la Unión Monetaria Europea. Los mercados de valores, ya afectados por los resultados negativos de las empresas en este primer semestre, responden con pesimismo estas perspectivas y reaccionan a la baja. Madrid, París, Milán y Londres marcaron mínimos del año esta semana.
5. Incertidumbre sobre la unión monetaria europea
Una subida de tipos en el Reino Unido, con una economía débil, o en España, con una diferencia en el precio del dinero con respecto a los países más avanzados de la CE ya muy amplia que en carece la financiación de las empresas va en dirección contraria al proceso de unión monetaria europea. Este aumento de los tipos, además, encarecería la financiación del déficit presupuestario y por tanto incrementaría la deuda pública. Todos estos factores van en contra del proceso de unión europea que persigue la convergencia en los tipos de interés, la inflación, los déficit públicos y la deuda.
6. El resultado del referéndum francés sobre Maastricht
A las dificultades que ya de por sí existen para que se cumpla la unión económica europea, se añaden las dudas que pesan sobre el resultado del referéndum francés. Un no de Francia a la ratificación de Maastricht, retrasaría definitivamente la UEM. Los países más perjudicados serían aquellos con los mayores desequilibrios económicos: España, Reino Unido e Italia.
Las divisas que se mantienen ahora en el SME a costa de unos tipos muy elevados, para contener sus inflaciones, serían las más afectadas. El estímulo para bajar el precio del dinero era la convergencia, si ésta se retrasa, la subida de las tasas de interés no tendría freno, opinan algunos expertos.
7. Rumores de reajuste en el seno del SME
Otra alternativa para hacer frente a las tensiones que vivirían estas monedas, sin recurrir a una nueva subida de tipos que debilitaría su situación económica, sería necesario reajustar las paridades en el SME, mediante la devaluación de los cambios centrales de la libra, lira, escudo y peseta respecto al marco alemán. Francia podría verse también obligada a devaluar si las consecuencias del no hacen insostenible la situación del franco. Un informe de Salomon Brothers señala que en este caso las divisas deberían devaluarse un 3% frente a la divisa alemana, y en el caso de la lira; un 8%.
8. Bolsa y deuda
Tanto una fuerte subida de tipos como un reajuste en los cambios centrales, tendría graves consecuencias en el mercado de deuda pública y de valores.
Cuando no hay un techo claro para la subida de las tasas de interés y se abandonan las políticas monetarias restrictivas para rebajarlos -con una UEM más improbable que obligue a ello-, los inversores dejan los activos que ahora le ofrecen una rentabilidad menor que la que está ofreciendo el Estado en sus nuevas emisiones.
La reacción sería parecida si se devalúan las divisas. Los inversores perderían credibilidad en las monedas que no son capaces de mantener un compromiso de cambio y la entrada de capital foráneo se dirigiría hacia los activos en marcos alemanes.
La única ventaja de la devaluación sería que los tipos de interés no se modificarían e incluso en algunos casos se podrían hasta rebajar. Hasta ahora todas las autoridades económicas de los países afectados han descartado esta medida en días pasados porqué significa casi tirar la toalla después del alto coste económico que se ha pagado por mantener las divisas en esos niveles con un elevado precio del dinero.
Ayer mismo los Gobiernos de la Comunidad Europea lanzaron un comunicado conjunto dejando claro su firme compromiso con los cambios centrales actuales y rechazaron cualquier modificación de los mismos.
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