_
_
_
_
Entrevista:

"No he sido violada"

Soon-Yi se convirtió en protagonista de la ruptura entre Woody Allen y Mia Farrow cuando ésta descubrió en el apartamento del cineasta unas fotos en las que la joven oriental, de 21 años, posaba desnuda. En estas declaraciones a Time Soon-Yi se defiende de las acusaciones de su madre adoptiva.Pregunta. ¿Qué edad tiene?

Respuesta. Este octubre cumpliré 22. Mire mi carné de conducir y el pasaporte. Yo no he sido violada, o molestada o manipulada como Mia ha acusado histéricamente; ni soy retrasada o mentalmente lenta, como ella hubiera deseado que ustedes creyeran. Estoy en la Facultad especializándome en Psicología, y aunque ella ha cortado el suministro de dinero para mi educación y mis gastos de manutención, he llegado a ciertos acuerdos para completar mis estudios y graduarme.

Más información
Woody Allen: "Ella es más madura que yo"

P. ¿Consideró usted a Woody Allen como a un padre?

R. Pensar que Woody fue en ningún sentido un padre o un padrastro para mí es risible. Mis padres son André Previn y Mia, pero obviamente ellos no son ni siquiera mis padres verdaderos. Llegué a América cuando tenía siete años. Nunca estuve ni remotamente cerca de Woody. Él era alguien que estaba exclusivamente dedicado a sus propios hijos y a su trabajo, y nunca pasamos ni un momento juntos. Raramente hablábamos, y nos mostrábamos educados, pero desinteresados el uno por el otro. Lo cierto es que yo no tenía mayor interés por conocerle mejor, y lo mismo él por mí.

P. ¿Cuándo cambió su relación?

R. Cuando yo tenía 20 años y él no encontró a nadie con quien ir a un partido de baloncesto y yo deseaba ver uno. En esa época su relación con Mía ya se hacía larga, y aunque se mostraban amigables, raramente salían. Aparte de cuando trabajaban juntos o jugaban con sus hijos, tenían poco que hacer el uno con el otro.

P. ¿Cuál es su relación con Mia Farrow?

R. No voy a casa porque Mía puede ser y ha sido violenta conmigo. No voy a entrar en detalles, pero el trato que me dio fue escasamente maternal, incluso dados nuestros problemas actuales. Ella no es quien pretende ser, y verdaderamente no la clase de madre [que la gente piensa], y como mis hermanos y hermanas están todavía a su cargo, dirán cosas y simularán sentimientos que estoy completamente segura de que no son ciertos. No pongo en duda que le debo mucho a Mía por haberme adoptado. Por este gesto todavía la amo. Pero la responsabilidad no termina con la adopción. Lamento de verdad que Mía escogiese cargar a los niños con estos problemas de adultos.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_