Muere John Sturges, director de 'Los siete magníficos'

John Sturges, director estadounidense de cine especializado en películas de acción, como el clásico Los siete magníficos, murió el pasado martes, informaron ayer fuentes hospitalarias. Sturges, que tenía 82 años de edad, falleció de enfisema pulmonar en un hospital próximo a su casa de retiro en San Luis Obispo (California), a unos 300 kilómetros al norte de Los Angeles, según declaraciones de un portavoz de ese centro médico.

John Sturges era un auténtico superviviente del viejo Holl ywood. Había nacido en 1911 y, antes de debutar en 1946 como director, trabajó como montadór y documentalista. A partir del momento en que se puso detrás de una cámara, su ritmo de producción le permitió recuperar los años de aprendizaje: durante una década firmó entre dos y tres films cada año hasta que la llegada de la televisión y unos presupuestos mayores le aconsejaron disminuir el vertiginoso ritmo. John Sturges es La gran escapada y Los siete magníficos, pero también una cuarentena larga de títulos, algunos tan conocidos como Duelo de titanes o El último tren de Gun Hill, todas ellas dignos ejemplares de lo que André Bazin bautizó como el superwestern.John Sturges era un auténtico especialista en, manejar el. tiempo cinematográfico, en alargarlo para crear tensión y hacernos sentir la irremediable aproximación del estallido de violencia. Le gustaba trabajar con varias acciones simultáneas, el montaje paralelo, dejar la acción suspendida en un punto tenso para saltar a otro personaje y a otra peripecia. En la mítica Los siete magnificos, basada como se sabe en Los siete samurais de Akira Kurosawa, supo darle a los profesionales de la muerte del Oeste americano la dimensión ritual y obsesiva que tenían sus antecesores japoneses. El guión, él reparto y la música le prestaron una gran ayuda. Sturges se sentía siempre mucho más seguro cuando tenía que manipular acciones físicas. En El viejo y el mar, uno de sus proyectos más queridos, la historia del desafío moral del relato de Hemingway se le escapa. La voz en off y la literalidad de la adaptación aparecen hoy como confesiones de impotencia.

Orden en el caos

En cualquier caso, aunque domine en su filmografía, no todo lo que realizó es cine de acción. En 1954, con The bad day at the black rock, también con Spencer Tracy pomo protagonista, probó que el melodrama social formaba parte de su paleta. Pero luego llegó él éxito y la auténtica especialización. Así, cuando se trataba de demostrar el atraco a un banco, la huida de un campo de concentración, una expedición submarina al Artico, repleta de aventuras o de presentar una batalla campal, entonces la cabeza y la mirada de Sturges no se perdían y sí sabían poner orden en el caos y darle un ritmo, sostenido o en progresión, a cualquier anécdota física.