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El "sex-shop" cerrado por Matanzo abre acogiéndose al silencio administrativo

Cuando el concejal de Centro, Ángel Matanzo, vuelva de sus vacaciones en Marbella se encontrará con el sex-shop que precintó en abril, en la calle Montera, funcionando a pleno rendimiento. El lunes abrió sus puertas. Sus dueños, Juan José Guillén y Enrique López, aseguran que las deficiencias señaladas por Protección Civil ya están corregidas. Ante las quejas de los vecinos, ellos afirman que nadie les puede obligar a cerrar porque tienen licencia de apertura y un silencio administrativo que ha durado dos meses.

Los dueños de algunos de los 13 sex-shops de la zona centro llamaron ayer a Guillén y López para expresarles su apoyo en esta batalla entre los vecinos y los negocios de "pornografía legal". La tienda, abierta desde las diez de la mañana, seguía ayer su rutina normal: hombres, generalmente solos, entraban a echar un vistazo a los estantes, donde pulcramente se exponían vergas de todos los tamaños, revistas pornográficas, vaginas artificiales y muñecas y muñecos hinchables.Cuando los municipales entran en el establecimiento, como sucedió el lunes y el martes, para solicitar la documentación del negocio, cinco de las 28 cabinas estaban ocupadas y de las puertas cerradas escapaban débiles quejidos femeninos de algunas de las 128 cintas programadas.

El sex-shop, situado en elnúmero 13 de la céntrica calle Montera, pertenece a la sociedad Californiusa, que controla otros cuatro sex-shop en el centro de Madrid. Los vecinos les acusan de atraer prostitución y drogas. Ellos aseguran que no hay nada más pacífico que un sex-shop. "Llevamos nueve años y medio funcionando con sex-shops y nunca hemos tenido problemas de drogas. En cuanto a las prostitutas, ellas son las primeras interesadas en que desaparezcamos porque les robamos clientes", afirma Enrique López.

Tanto Guillén como López critican la negativa actitud de la Junta Municipal de Centro hacia estos establecimientos. "La pornografía está legalizada, y su comercio, regulado desde 1982. Por una extraña moral, nos ponen problemas cuando nuestros productos han pasado todos los controles y no se exhiben, según la ley, en escaparate. Sin embargo, permiten que los quioscos de prensa expongan para su venta vídeos y revistas pornográficas", prótesta Juan José."El mundo se mueve por diijero y sexo", asegura Enrique. El y su socio han logrado conjugar ambos motores en un lucrativo negocio por el que llegan a pasar unas 400 personas al día, hombres en su gran mayoría.

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