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La oferta de camas 'negras' para el turismo asciende a 7,5 millones, según datos oficiales

Javier Moreno

En España existen 7,5 millones de camas de oferta no reglada, según datos de la Secre,taría General de Turismo, que contribuyen notablemente a las bajas cifras de ocupación hotelera que cimientan la supuesta crisis del turismo. Esta olferta ¡legal de camas turísticas en apartamentos y casas particulares supone el 78% del total ofertado en España. Un crecimiento en los últimos años de la oferta de plazas entre el 24% y el 105%, según zonas, tampoco contribuye a aliviar el sector. Además, los altos precios y la crisis económica se encargan este año de acentuar los efectos negativos.

El turismo español está enfermo, según el diagnóstico de los principales operadores del sector. Sin embargo, existen contradicciones profundas entre los empresarios hoteleros y la Administración sobre las causas. Mientras los primeros no -han dudado en calificar la situación de "crisis profunda", alarmados por las cifras de ocupación -rondaban el 50% hasta mayo, subían al 60% ó 70% en julio y preveían un decepcionante 6.5% para agosto-, representantes de la Administración y del resto del sector turístico (agencias de viaje, principalmente) no dudaban en expresar un "moderado optimismo".Durante el primer semestre, el crecimiento en el número de entradas de visitantes fue del 7, 1 % y los ingresos aumentaron un 17,3%. Pero estas cifras no se reflejan en la ocupación hotelera. "Si las cifras de ocupación hotelera son bajas", afirma una fuente del sector, "la causa hay que buscarla en el exceso de oferta y en el predominio creciente de las camas ¡legales". La ocupación hotelera, por tanto, refleja cada vez menos el mapa turístico real español.

La gran oferta de apartamentos y casas particulares que no tributan como oferta turística legal, es la gran beneficiada. Los que sí tributan -hoteles, hostales y fondas- sólo ofrecen el 11,5% de la oferta de uso turístico real, según datos de la Secretaría General de Turismo. A esto hay que añadir el 6% que representan los cámpings y el 4% de los apartamentos legales. El resto, el 78,5%, constituyen la denominada oferta no reglada o ilegal.

Pérdida de mercado

El diferencial de inflación español con el resto de Europa (especialmente con Alemania) unido al elevado tipo de cambio de la peseta ha castigado duramente la capacidad económica de los turistas europeos que visitan España. Si no pueden pagar los hoteles de tres y cuatro estrellas a los que estaban acostumbrados, buscan soluciones alternativas: apartamentos y casas particulares. Además de los turistas extranjeros, la mayor parte de los nacionales que se trasladan en vacaciones alquilan también casas particulares.

La situación provoca numerosos casos de fraude fiscal, además del detrimento que supone para el turismo español. Según expertos consultados, el dinero que se paga por las casas particulares en muy raras ocasiones se declara a la Hacienda pública.

Con estas cifras en la mano y aunque cada vez vengan más turistas a España, la participación del sector turístico español en la tarta mundial disminuye. Un 48% de los 4.868.000 ciudadanos británicos que en 1982 decidieron salir en avión del país, eligieron Espafia como destino de sus vacaciones. Diez años después, en 1992, tan sólo lo hacen un 28% de los más de 7.700.000 turistas británicos.

Existe un factor psicológico que explica este abandono de viejas fidelidades, según los expertos. Los europeos comienzan a acusar un cierto tedio, tras años de acudir cada verano a la misma cita. La aparición a lo largo de la década de los ochenta de nuevos destinos (Túnez, Turquía, el Caribe ... ) no ha hecho más que acelerar estas tendencias.

Pero la mera aparición de nuevos destinos no explica la deserción en masa de millones de turistas. La crisis económica ha conseguido que a los turistas europeos no les ciegue el sol a la hora de comparar los precios en los folletos turísticos. Por término medio, las ofertas en el mediterráneo oriental son entre un 20% y un 30% más baratas que en las costas españolas. Una semana en Marruecos, en un hotel de cuatro estrellas puede salir or 30.000 pesetas. Unos pocos kilómetros al norte, en la Costa del Sol, no baja de las 50.000 pesetas.

El desfase en la relación calidad-precio de muchas actividades complementarias, cuando se traspasa la puerta del hotel o apartamento, contribuye a la percepción de España como país caro por parte del turista extranjero. "La costa catalana está pagando la desmesura de los precios", aseguran las fuentes del sector consultadas.

El Plan Marco de Competitividad del Turismo Español, presentado por Turismo en junio, reconoce que los últimos años han supuesto un cierto estancamiento de la actividad turística. El plan prevé más de 48.000 millones de pesetas en subvenciones en los próximos cuatro años para solucionar los problemas del turismo y asegurar un futuro al sector.

Cifras sumergidas

Los 7,5 millones de camas de oferta turística no reglada en España representan, de momento, el final de un escalada de cifras ¡que no ha hecho más que aumentar en los últimos años. El método de la Administración para calcular y, eventualmente, localizar fisicamente la oferta ¡legal de camas es en principio sencillo, aunque muy laborioso. La elección de un territorio donde las entradas sean fácilmente controlables es fundamental. Por ello Baleares y Canarias, en donde las llegadas ' turísticas se realizan casi exclusivamente por via aérea, se c onstituyen en territorios privilegiados para este tipo de control.La cifra de pernoctaciones (Íen hoteles, apartamentos de uso turístico declarado-.) en Baleares, mucho menor que la dé turistas que llegan al aeropuerto de Son San Juan, pone de manifiesto de forma contundente la existencia de una importante oferta de turismo sumergido.

El paso siguiente consiste en localizar individualmente esta oferta no reglada. Para ello, inspectores de Turismo analizan detalladamente los folletos de los operadores turísticos europeos. Ayudándose de las direcciones y de las fotografías que ilustran estos folletos, los inspectores proceden, de forma detectivesca, a destapar la ilegalidad en el sector.

No sólo los responsables turísticos están interesados en poner fin a una actividad que perjudica a las cuentas de explotación de los establecimientos reglados.

También la Hacienda pública está interesada en controlar una actividad que supone miles de millones de pesetas que escapan al control fiscal.

La Administración central depende de las comunicadades autónomas, que tienen las competencias en turismo, para controlar este área fundamental de la economía.

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