18 horas de odisea
Al menos 2.580 refugiados bosnios huidos del conflicto en la antigua Yugoslavia llegaron ayer en tres trenes a la ciudad alemana de Wetzlar, donde ya habían sido acogidos con anteriridad otros 5.000 refugiados de la misma guerra civil.Según declararon funcionarios de la Cruz Roja, ninguno de los recién llegados, en su mayoría de confesión musulmana, padece enfermedades o heridas graves, aunque la mayoría sufre importantes traumas como consecuencia de su traslado por parte de las milicias serbias a los caóticos y fétidos campos de refugiados en Croacia. Algunos de los llegados tuvieron que ser sacados en brazos del tren al término de una odisea que duró 18 horas.
"Muchos de los refugiados se niegan a dar sus nombres por temor a represalias contra sus familiares en Bosnia", explicaba Helmut Wiegand, responsable de la Cruz Roja en el tren, al reproducir los relatos que le habían hecho los huidos sobre cómo habían sido testigos de la destrucción de sus casas por parte de los serbios y el secuestro de parientes.
Entre los pasajeros del primero de los trenes que llegó ayer a WetzIar se hallaban al menos 130 niños con edades inferiroes a los tres años, entre ellos, 30 bebés.