Centenares de voluntarios islámicos de diversos países luchan con los musulmanes en Bosnia
Centenares de jóvenes voluntarios islámicos procedentes de diversos países combaten ya en Bosnia en ayuda de la comunidad mulsulmana de esta república. en el frente de Travnik, Turba , Tuzla y Dobojob sus unidades, cuyos miembros visten totalmente de negro y llevan, en el pecho o en la gorra, una insignia verde con una oración del corán, han acudido pra defender a sus correligionarios, prácticamente desarmados ante los ataques y la política de depuración étnica de la guerrilla serbia armada por su parte por el ejercito sebio-federal de Belgrado.
TravnikAyer mismo, el ministro de Asuntos Exteriores de Bosnia, Haris Silalydzic, se entrevistó con los máximos dirigentes del régimen islámico de Irán para solicitarles ayuda. Silalydz1c declaró en Teherán que ya han muerto más de 50.000 personas en su república. Esta visita forma parte de una gira del ministro por varios países musulmanes, tras sus esfuerzos fracasados de movilizar a la comunidad occidental.Mohamed Suffiel Tafi es un dentista sirio, casado con una nativa, que ha coordinado la llegada de gran parte de estos grupos islámicos y dirige operaciones de ayuda humanitaria de la Organización Internacional de Ayuda Islámica. Se encuentra en Travnik, una antigua capital de provincia turca en Bosnia occidental. 'Tos Gobiernos islámicos no han hecho nada para poner fin a esta matanza", se lamenta. "Sólo palabras. Por eso muchos musulmanes ya no quieren observar impasibles como exterminan a sus hermanos. Son entre cien y mil ahora, no quiero entrar en detalles, pero pronto serán muchos más".
Entusiasmo y gratitud
Los combatientes islámicos han sido recibidos con entusiasmo y gratitud por la población de Travnik, donde musulmanes y croatas se defienden desde hace meses de los bombardeos serbios, prácticamente aislados, sin apenas comida y alimentos. Los primeros musulmanes en acudir en ayuda de sus correligionarlos bosnios fueron guerrilleros de la provincia de Novi Pasar, una región de la república de Serbia de mayoría musulmana.
En los últimos dos meses, miles de refugiados han llegado a esta ciudad procedentes de la región de Bosnia septentrional, escenario de una de las más drásticas operaciones de depuración étnica de la guerrilla serbia de Radovan Karadzic.
Allí se puede conversar con un grupo de combatientes islámicos compuesto por luchadores de Bahrein, Arabia Siaudi, Argelia, Turquía, Túnez e incluso holandeses convertidos hace años. Uno de ellos, de Bahrein, con la cabeza afeitada y una espesa barba, asegura que su grupo sólo se dedicaa la ayuda humanitaria. Los tres fusiles de asalto que limpian y engrasan sus compañeros debilitan seriamente el crédito de sus afirmaciones.
Suhiel Tafl asegura que las fuerzas internacionales islámicas en Bosnia serán pronto ampliadas con nuevos voluntarios indignados con la pasividad de sus Gobiernos. "En todos los países islámicos, cada vez son más los jóvenes que no quieren permartecer quietos ante este genocidio", afirma. "Muchos tienen experiencia en el combate, hay gente de Líbano, de Afganistán, de los emiratos. Estamos dispuestos a luchar hombro con hombro con quien sea, incluso con los marines americanos. Pero no creo que vengan los americanos porque a ellos no les importa que maten a musulmanes".
Al dentista sirio no le preocupa que Damasco intente utilizar la presencia de estos voluntarios para reforzar su propaganda sobre la lucha de los serbios contra el "integrismo islárnico". "Diariamente mueren mujeres, ancianos y niños, torturan y ejecutan a hombres, queman pueblos, roban y los refugiados se mueren de hambre. En esta situación, ¿qué nos importa la propaganda serbia? Alguien tiene que ayudar a esta gente", dice sefialando el viejo seminario católico de Travnik, convertido por el régimen de Tito en colegio. El edificio acoge a más de 1.600 refugiados expulsados por la guerrilla serbia del norte de Bosnia y que subsisten allí en condiciones dantescas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.