Itinerarios el tiempo y el espacio
Fuera de Florencia, la conmemoración de la muerte de Lorenzo de Médicis ha dado lugar a diversos itinerarios por un entorno de villas y fortificaciones, a lo largo de los cuales la expansión de la racionalidad urbana coexiste con esa nostalgia del estado natural que él mismo cantó en sus poemas. Así, en la villa de Poggio a Caiano, que Lorenzo encargó a Giuliano de Sangallo entre 1470 y 1475, el friso del pórtico conjuga la celebración alegórica de la edad de oro con el ideal de la vita rustica. Posteriormente este elogio de la vitalidad natural reaparecerá en los frescos de Pontormo para el gran salón. Mientras que en época de Francesco 1, el príncipe alquimista, será ya una naturaleza caprichosa e inquietante la que marcará el programa decorativo. Los itinerarios mediceos no se despliegan, pues, sólo a través de[ espacio, sino también a través, del tiempo.
Pratofino
Y es así la figura de Francesco, casi tan legendaria como la de Lorenzo, la que nos lleva a otra villa que este verano es escenario de diversos actos y espectáculos (liberación de aves rapaces, danzas renacentistas, recitales ... ). Se trata de Pratolino, el primer gran bosque-jardín o parque de maravillas, poblado de autómatas y estatuas metamórficas que, después de haber suscitado la admiración de viajeros como Montaigne o el marqués de Sade, pasó por un largo periodo de abandono y hoy vuelve a abrirse viernes, sábados y domingos. Se trata de un motivo más -aunque el conjunto de exposiciones bascule entre lo erudita y lo turístico- para volver a ese territorio mediceo que, hace hoy 500 años, soñó ser el paraíso.
Finalmente, en lo tocante al devenir político y religioso, cabe mencionar la muestra, en Florencia, de Arhivio di Stato, Camarillas políticas y mutaciones institucionales' en el periodo de Lorenzo, y la exposición en los subterráneos de San Lorenzo, La Iglesia y la ciudad en la Florencia del siglo XV, en la que no falta un esclarecedor apartado sobre la figura clave de la crisis final del periodo, el predicador Girolamo Savonarola.
Fue una "edad de oro" que se hizo mítica cuando los Médicis volvieron a la ciudad en el siglo XVI, pero que tenía su base real en la política conmemorativa de Lorenzo y que ya aparecía en la literatura encomiástica de su círculo (por ejemplo, en una famosa carta de Ficino del mismo año 1492: "...nuestra edad de oro ha sacado a la luz las artes liberales que estaban casi abolidas: gramática, poesía, retórica, pintura, arquitectura, música y el antiguo canto de la lira de Orfeo. Y esto en Florencia").
Babelia
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