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Acuerdo para que el Ejército abandone el cerco de Dubrovnik

ENVIADO ESPECIAL El Ejército serbio-montenegrino se retirará de los alrededores de Dubrovnik, ciudad adriática que asedia y bombardea desde hace diez meses, en caso de cumplirse el acuerdo firmado ayer por mandos militares croatas y serbio-montenegrinos a bordo de un buque de guerra británico situado en aguas internacionales adriáticas.

El acuerdo, auspiciado por la Comunidad Europea y las fuerzas de protección de las Naciones Unidas (Unprofor) y firmado a bordo de la fragata británica Avenger, pondrá fin al asedio a esta ciudad medieval amurallada, declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco, y cuya destrucción parcial bajo las bombas serbias indignó al mundo. El Avenger es uno de los buques enviados al Adriático para vigilar el cumplimiento del embargo impuesto a Serbia y Montenegro por la ONU.

Las fuerzas serbio-montenegrinas aceptan así su retirada de los entornos montañosos de Dubrovnik, en los que han sufrido en los últimos dos meses serios reveses militares ante el avance de las unidades de defensa croata.

El acuerdo permitirá el comienzo de las obras de reconstrucción de los edificios afectados por el bombardeo en gran parte monumentos histórico-artísticos. No obstante, gran parte de los pueblos costeros que abandonarán las fuerzas ocupantes han sido destruidos.

Ayer, la capital de Bosnia-Herzegovina, Sarajevo, volvió a ser atacada por las fuerzas serbias que sitúan la ciudad desde hace ya casi cuatro meses.

Mientras, ayer en Londres, el dirigente de la guerrilla serbia de Bosnia, Radovan Karadzic, describía ante la televisión sus intenciones de cantonización forzosa como un plan para hacer allí "otra Suiza", llegaban a Zagreb noticias alarmantes sobre nuevas operaciones de limpieza étnica por Parte de sus fuerzas.

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La ciudad de Bihac, uno de los enclaves más densamente poblados por musulmanes del norte de la república era nuevamente bombardeada y se perfila como el próximo gran objetivo de depuración étnica -expulsión de los habitantes no serbios- en la estrategia militar de Karadzic.

Nuevo éxodo

Funcionarios de la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) han advertido que si la comunidad internacional no logra frenar la política de limpieza étnica que aplican las fuerzas serbias en las zonas ocupadas de Bosnia, al menos otros 400.000 refugiados se podrán en movimiento en las próximas semanas y meses hacia el norte, agudizando aún más el gravísimo problema.

Las denuncias hechas por la ACNUR, ayer en Ginebra, de los chantajes de que es objeto esta organización humanitaria por parte de las fuerzas serbias para facilitar la "limpieza étnica" de regiones bosnias no se espera que tengan excesiva repercusión sobre los responsables que insisten en que los refugiados abandonen "voluntariamente" sus hogares y pertenencias. En los controles serbios para salir de Bosnia, los refugiados son despojados de aparatos de radio, televisores y relojes y de toda cantidad que supere los 200 marcos alemanes (unas 12.000 pesetas).

En la ciudad de Karlovac y en la propia Zagreb, miles de refugiados de Bosnia-Herzegovina expulsados en su mayoría del noroeste de la república acampan en parques e instalaciones públicas sin la menor idea sobre su futuro inmediato.

Por otra parte, un convoy de 21 camiones de las Naciones Unidas, con alimentos para la población de la asediada capital bosnia, logró llegar anoche a Sarajevo desde Split en un nuevo. intento de crear un corredor por tierra para un suministro más completo que el del puente aéreo actualmente en marcha.

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