El plan de ajuste económico aplaza el proyecto de Defensa para profesionalizar el Ejército

El plan de ajuste económico aprobado el martes por el Gobierno supone un duro golpe a los proyectos del Ministerio de Defensa para la progresiva profesionalización de las Fuerzas Armadas. Los responsables del departamento se están replanteando la convocatoria extraordinaria de 2.000 plazas de soldados y marineros profesionales de este otoño, ante la falta de presupuesto para afrontar su coste y las sombrías perspectivas del próximo ejercicio.

Una decena de programas de armamento, por un valor global superior a los 100.000 millones, están paralizados en la comisión de subsecretarios o el Consejo de Ministros. El Gobierno se ha comprometido ante el Congreso a que, en 1997, la mitad de los efectivos de las Fuerzas Armadas, incluidos los cuadros de mando, sean profesionales.Para lograrlo, el Ministerio de Defensa ha elaborado ya un reglamento sobre tropa y marinería profesional, cuya aprobación por el Consejo de Ministros estaba prevista para el mes de julio, que permitirá a las mujeres convertirse en soldados, aunque les vetará el acceso a las unidades de élite.

Inmediatamente después del verano, Defensa tenía intención de realizar una convocatoria extraordinaria de 2.000 plazas de soldados y marineros profesionales, acompañada por una campaña publicitaria, ya ultimada, cuyo coste se cifra por encima de los 100 millones de pesetas. El objetivo era llegar a final de año con 24.000 soldados profesionales, que se incrementarían a razón de 3.000 anuales en años sucesivos, para alcanzar en 1997 casi 40.000. Sumados a los 50.000 cuadros de mando, completarían el 50% de profesionales.

No hay fondos

Estos proyectos se encuentran en el aire debido a las drásticas medidas de ajuste adoptadas por el Gobierno, que incluyen la suspensión de la oferta pública de empleo para 1992 y 1993. Antes del recorte, que le ha supuesto la pérdida de 18.000 millones de pesetas, el Ministerio de Defensa carecía ya de fondos para pagar a los nuevos soldados profesionales o para homologar a los actuales voluntarios especiales, pero contaba con poder transferir su coste al próximo ejercicio.Esta posibilidad parece evaporarse después de que el Ministerio de Hacienda haya rechazado la pretensión de Defensa de contar en 1993 con un presupuesto de 944.000 millones, un 20% más que este año en términos nominales, y de que le haya advertido incluso que podría rebajar drásticamente la primera oferta que lo hizo, que se elevaba a 836.001) millones.

El propio ministro de Defensa, Jullán García Vargas, reconoció el pasado miércoles en el Congreso su difícil situación al admitir, sin entrar en detalles, que "vamos a tener problemas" para cumplir con el plan de profesionalización de las Fuerzas Armadas y que las medidas de ajuste económico "lo pueden retrasar ligeramente".

El retraso en la incorporación de profesionales puede crear tensiones en el Ejército. A partir del otoño empezarán a notarse en las unidades los efectos de, la reducción a nueve meses de], servicio militar, que equivale: a reducir en casi 50.000 los actuales efectivos. El Ministerio de Defensa se había comprometido a impulsar la incorporación de profesionales para paliar este problema.

El Ministerio de Defensa tiene actualmente una decena de programas de armamento paralizados, en distintas fases y grados de tramitación, a la espera de que el Consejo de Ministros les dé luz verde. El más importante por su volumen y sus repercusiones industriales es la construcción de cuatro cazaminas, por un valor de 53.000 millones de pesetas, de cuya aprobación depende el futuro del astillero de Bazán en Cartagena (Murcia).

Aviones y satélites

Le sigue en importancia el programa AV8B, negociado con Estados Unidos e Italia, que pretende dotar a la Armada de 21 aviones Harrier con radar, mediante la compra de diez aparatos y la transformación de 11. Su coste asciende a 30.000 millones. También están pendientes el Sistema Conjunto de Telecomunicaciones Militares, que costará 26.000 millones, o el misil, anticarro Tow, por valor de 11.000 millones, que conlleva un acuerdo entre la multinacional americana Hughes y la empresa pública española Enosa.Especialmente preocupante es para Defensa el retraso del programa Secomsat, por valor de 11.000 millones, ya que impedirá que se utilicen los canales gubernamentales del satélite Hispasat cuando sea lanzado al espacio en agosto.

Otros proyectos paralizados son el Alderabán, dedicado a la guerra electrónica; el radar 313; el misil Hot; la gran carena del submarino Marsopa o el programa COAS de defensa aérea. La transferencia de los carros de combate M-60 norteamericanos retirados de Centroeuropa, con un coste de 50.000 millones, se encuentra aún más retrasada, a pesar de que debería iniciarse en teoría antes de final de año.