Mi hermana, mi amor

A pesar del gran éxito obtenido recientemente por Agenda oculta y Riff-raff, del británico Kenneth Loach, el actual cine inglés sigue siendo muy mal conocido entre nosotros. Ocupadas las pantallas por todo tipo de productos y subproductos norteamericanos, no queda espacio para cinematografías como la británica, la francesa o la italiana, que hasta no hace mucho tiempo llegaban regularmente, y con éxito, hasta nuestros cinematógrafos.Baste, como muestra, la interesante producción inglesa Con mis ojos cerrados, estrenada en pleno verano sin un lanzamiento adecuado, y que no está obteniendo el recibimiento que merece.

A pesar de que tanto por su tema tabú, la buena calidad de sus actores y la sobriedad y eficacia de su dirección, no le hubiese resultado difícil conseguir otros resultados, pero en otras circunstancias más adecuadas para poder dar a conocer este filme.

Tercer largometraje de Stephen Poliakoff, un autor dramático que, después de tener algunos éxitos durante la primera mitad de los años ochenta, se lanza a dirigir sus propios guiones en la segunda, Con mis ojos cerrados le muestra como un consumado cineasta.

Tras una especie de prólogo, donde una sucesión de breves escenas situadas a lo largo de los últimos años se da la relación entre dos hermanos, huérfanos, provenientes de la clase trabajadora y que tratan de ascender en la escala social, Con mis ojos cerrados entra en materia cuando los hermanos vuelven a encontrarse tras una separación de dos años; él se ha convertido en un arquitecto ecologista y ella ha dejado sus trabajos de secretaria para casarse con un brillante ejecutivo perteneciente a una rica familia.

Un cierto aburrimiento matrimonial y el desfase educativo con su marido, la llevan a entablar una relación erótica con su hermano, a utilizarle para animar un poco su tan elegante como monótona vida, pero no cuenta con que él de lo tome en serio.

Y cuando la hermana pretenda romper la relación porque comienza a resultarle incómoda, él se niegue y trate de buscar a toda costa un final dramático que no logra conseguir.

Con mis ojos cerrados no sólo trata el tema del incesto como una adicción, al alcohol o las drogas, pero menos peligrosa, tal como se subraya en el diálogo, sino que antes que nada es una historia de poder.

En la película, el marido domina a su mujer por su dinero y mayor refinamiento, la hermana domina al hermano por su atractivo prohibido e incluso le pone pruebas que debe superar, y, en un tan discreto como eficaz final, es el hermano quien acaba dominando a su cuñado y su hermana al conseguir. invertir su relación y que no tenga más remedio que i ser aceptada.

Grandes actores británicos

Pertenecientes a la gran tradición de actores británicos, el terceto integrado por la rubia Saskia Reeves, a cuyo alrededor giran Alan Rickinan y Clive Oweri, es tan poco conocido como eficaz en su trabajo, son la sólida base en que se apoya el filme Con mis ojos cerrados, y que es prácticamente seguro que no tardarán en dar mucho que hablar.

Algo similar ocurrirá con Stephen Poliakoff, que no sólo resulta ser un consumado guionista, sino un buen realizador que sabe crear espléndidas imágenes a partir de una historia tan sólida como original.