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El guionista de Kusturica no abandona Sarajevo para dar "ejemplo moral"

"Aquí tiene a un hombre que recibe la limosna de un miserable paquete con ayuda alimentaría, y que podría vivir confortablemente en París, tras la firma de un contrato millonario para la adaptación del guión de la nueva película de Emir Kusturica, basada en la novela de Ivo Andric El puente del Drina, el mismo río por el que hoy flotan los cadáveres de la guerra".

Quien habla es Abdulah Sidran, de 48 años, uno de los escritores más reputados de Bosnia-Herzegovina y guionista de las películas dirigidas por el cineasta bosnio Kusturica, ¿Te acuerdas de Dolly Bell?, León de Oro en el Festival de Venecia en 1980, Papá está en viaje de negocios, Palma de Oro en Cannes en 1985 y nominada para un oscar. La guerra ha convertido a Sidran en una especie de recluso que apenas sale de su vivienda en Sarajevo. La muerte le hizo un guiño recientemente, cuando una granada de mortero cayó en el patio trasero de la casa. Las esquirlas rompieron ventanas, rozaron la cabeza del escritor mientras estaba sentado en el salón e hicieron impacto en paredes y cuadros."Los jóvenes que están combatiendo para defender Bosnia", dice, "sienten un apoyo moral al ver que sigo aquí. Podría haberme ido de Sarajevo, pero moralmente no puedo hacerlo".

"Apenas puedo escribir en estas condiciones", continúa. "Cuando me siento ante el ordenador, se corta la luz y las ideas se esfuman. Si estuviera en mejor condición física cogería un arma para combatir". Sidran ha publicado centenares de poemas sobre su Sarajevo natal. Desde el comienzo de la guerra tan sólo ha escrito dos textos cortos, uno de los cuales será en breve la letra de una canción que difundirá el popular cantante bosnio Davorin Popovic: La niña de la calle del desafío, en homenaje a una adolescente de 16 años que murió alcanzada por una granada en la calle Vase Miskina de Sarajevo mientras hacía cola para comprar pan.

Intelectuales sin voz

El asedio a la capital bosnia ha conseguido acallar la voz de sus intelectuales, que, prisioneros en sus propias casas, no pueden reunirse para hablar, discutir o soñar en aquellas tertulias en la Asociación de Escritores, hoy cerrada porque se halla en una zona al alcance del fuego de los francotiradores. El teléfono, cuando la línea funciona, permite mantener el contacto. Sidran ya no espera la solidaridad de los intelectuales del mundo con lo que ocurre en Bosnia-Herzegovina. Hace un año, los escritores e intelectuales de Sarajevo hicieron varios llamamientos al mundo advirtiendo de los peligros de una guerra. "Fue completamente inútil. No recibimos respuesta algunaAbdulah Sidran, musulmán, recuerda que los bosnios "son los únicos eslavos europeos islamizados". Y define lo que ocurre hoy en Bosnia como "un choque entre totalitarismo y democracia, porque el genocidio sólo se está produciendo en una parte. Por ejemplo, en Visegrad no queda un solo musulmán, cuando constituían un 75% de la población. Incluso antes del imperio otomano teníamos la religión del Estado bosnio medieval, que no era ni ortodoxa (de los serbios) ni católica (de los croatas)".

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