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Greenpeace emprende una campaña contra el consumo de papel blanqueado con cloro

Greenpeace ha lanzado en España una campana para forzar a las empresas papeleras a sustituir el blanqueo con cloro de la, pasta de papel por otra tecnología que utilice el oxígeno o el agua oxigenada, menos contaminantes. Greenpeace invita a los consumidores a que soliciten productos sin cloro en los establecimientos de venta de productos de papel y exijan a los fabricantes que no lo utilicen. Según sus cálculos, cada año se vierten 9.500 toneladas de organoclorados en el Mediterráneo, 4.500 en el Atlántico y 16.000 en el Cantábrico, procedentes, de nueve industrias papeleras.

La campaña de Greenpeace incluye el envío masivo de tarjetas postales a Aspapel (la asociación patronal del sector) exigiendo el cambio de la tecnología empleada y advirtiendo que en otro caso se consumirá papel blanqueado sin cloro procedente del norte de Europa, donde campañas similares forzaron a la industria a modificar' sus técnicas de blanqueo.El papel procedente de pasta tratada con oxígeno o con peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) no es tan blanco ni tan brillante como el tratado con cloro, pero los ecologistas consideran que su calidad es suficiente. "En cualquier caso, un papel ligeramente menos blanco es un precio pequeño a pagar por eliminar prácticamente el 25% de los residuos tóxicos que se producen en España" indican. "Porque no siempre lo más blanco es lo más limpio reza un lema de la campaña.

El gas cloro, cuando entra en contacto con moléculas orgánicas, se une fuertemente a los átomos de carbono creando nuevas sustancias conocidas como organoclorados.

Ninguna empresa española tiene una gama de productos de papel libre de cloro, ya que el sector papelero español no pro duce papel de este tipo para el mercado interior. Existe en el mercado papel libre de cloro pero de, ' importación. Estos productos pueden ser reconocidos, pues la legislación de los países productores exige que se identifiquen claramente como elaborados con papel libre de cloro, o bien ton la denomina ción de papel ecológico. La etiqueta de papel reciclado no garantiza que esté libre de cloro porque se recicla tanto el trata do como el que no.

Efectos negativos

Greenpeace sostiene que los vertidos, en ríos o directamente en el mar, de las fábricas de celulosa que utilizan cloro para el blanqueo tienen numerosos efectos negativos para la vida acuática: "Suprimen el sistema inmunitario, dañan el metabolismo y afectan la capacidad de reproducción, entre otros efectos a largo plazo". Y añaden que el papel blanqueado con cloro también está contaminado, y algunos derivados tóxicos, como la dioxina, pueden contaminar a su vez los productos que entren en contacto con este papel, y citan, los cartones deleche y filtros de café.

"Los científicos sospecharon durante muchos años que el blanqueo con cloro' de la pasta de papel podría crear dioxinas, la toxina más potente que se conoce", se dice en un informe interno de Greenpeace. "Estas sospechas fueron confirmadas en 1985, cuando la Agencia de EE UU para la Protección del Medio Ambiente (EPA) detectó dioxinas en peces, río abajo de los vertidos de, fábricas de pasta de paper en Maine y Wisconsin La dioxina se encontraba también en la pasta de papel blanqueda, por lo que estaba literalmente contaminando todos los productos de papel domésticos: pañales, elementos sanitarios, papel higiénico, papel de cocina, folios y filtros de café. Estudios más recientes", añade el informe, "demostraron que los productos lácteos empaquetados en cartones blanqueados pueden absorber dioxinas en cantidades alarmantes, lo que llevó a Nueva Zelanda a dejar de utilizarlos".

Según esta organización ecologista, por término medio, las fábricas de pasta de papel que utilizan eucalipto como materia prima vierten unas 30 toneladas de organoclorados tóxicos por cada 1.000 toneladas de celulosa, que son 60 toneladas en el caso de utilizar madera de pino. Las factorías que han mejorado su tecnología pueden reducir esos vertidos a 10 y 20 toneladas, según utilicen eucalipto o pino. El sector papelero es, según Greenpace, responsable de la producción del 25% de los residuos tóxicos en España.

Las plantas depuradoras, incluso las que utilizan tratamientos biológicos, no son efectivas para destruir los residuos organoclorados. La organización ecologista estima que sólo eliminan el 30% de las sustancias organocloradas.

Josep Ribera, químico, del Centro de Investigación y Desarrollo (CSIC), en Barcelona, no considera que lo que afirma Greenpeace sea una exageración. Aunque no es partidario de alarmar a la población, cree que hay que prestar atención a este asunto. "En Francia, las papeleras se han gastado mucho dinero en investigar las consecuencias de utilizar cloro para blanquear el papel. Y por algo será", opina.

"Esos señores dicen tonterías", afirman las empresas

C. P. Jesús Garrido, director de Aspapel, la asociación que agrupa a las industrias papeleras, considera que "los señores de Greenpeace dicen tonterías" y "no saben por dónde van"'. "Tendrían que estudiar más los asuntos, y decir la verdad, pero, claro, ellos tienen que llamar la atención, y para ello hinchan las cifras", añadió.

Explica Garrido que en España se produce fibra corta de eucalipto, que requiere para su blanqueo la mitad de cloro que en la industria papelera del norte de Europa,. que trabaja con pino o abedul. "Y Greenpeace siempre nos pone como ejemplo los países nórdicos", apostilla.

La factoría de Ence en Pontevedra, agrega, ha invertido 14.000 millones para introducir una tecnología punta para blanquear la pasta con cloro gas, que tiene pocos paralelismos en Europa, cuyas fábricas utilizan cloro normal. Esa tecnología elimina gran parte de los organoclorados, según Garrido, que admite que, pese a todo, la tecnología con Oxígeno es más limpia.

Sustituir el blanqueo con cloro por el blanqueo con oxígeno sería "costosísimo, y el producto final sería más caro", agrega el director de Aspapel, que considera que el volumen de residuos con organoclorados procedentes de las papeleras españolas no es "ni la décima parte de lo que dicen los señores de Greenpeace" (9.500 toneladas al año en el Mediterráneo, 4.500 en el Atlántico y 16.000 en el Cantábrico), si bien la producción de pasta de papel que cita Greenpeace para hacer sus cálculos sí se acerca a la verdad.

"Está por demostrar los efectos nocivos de los organoclorados", sostiene Garrido. "No está claro; hay tantos estudios a favor como en contra. El agua que se bebe en Barcelona tiene más cloro que cualquier producto papelero, y la leche que se consume en un país como Holanda, también", añade. "Además, España es uno de los países europeos que utilizan más papel reciclado".

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