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Las nuevas tecnologías visuales crean pesimismo por el futuro del libro

Francisco Riego, director de Data S. A, quien intervino ayer en la UIMP dentro del seminario IX encuentro sobre la edición, exhortó a los empresarios del sector a ofrecer otros productos más allá del soporte papel y a la redefinición del libro en función de la demanda previsible. Riego considera necesario estimular la investigación para responder a estos dos interrogantes: ¿cuáles son los libros que van a leerse? y ¿qué necesidades vendrá a satisfacer la lectura que no satisfagan las nuevas tecnologías?En 1990, según Riego, se editaron en castellano' 36.029 títulos y el 741/6 de ellos en Madrid y Barcelona, donde están asentadas el 70% de las editoriales. El sector, afirmó, refleja la existencia de muchas bocas, la mitad de las cuales están cerradas, refiriéndose a la existencia de 2.000 editoriales censadas y que permanecen inactivas. 4.100 editoriales se pelean, según Riego, por un mercado interior muy pequeño equiparable al de Iberia o Ford España. En los últimos años se ha producido en España un descenso de las tiradas medias del 60%. "En el afán desesperado", dijo, "de llegar de alguna forma al lector, lo que se hace es lanzar muchísimos libros y ello no asegura el número de lectores".

Polisensualismo

Para Riego, la sociedad española se encuentra, tras los últimos cambios, ante una corriente sociocultural a la que llamó polisensualismo. La sociedad demanda productos que satisfagan todos los sentidos. No existe una demanda del libro, sino demandas diversas de libros distintos. De los progresistas, segmento que representa un 14% de la población cuya edad está en los 32 años, con un nivel de estudios superior a la media, lo mismo que sus ingresos, sólo lee un 21%. En el polo opuesto están los "arcaicos" que representan el 9% del censo poblacional y una edad media de 53 años. Entre ellos, el porcentaje de lectores es del 6%.En el futuro puede ocurrir con los libros, según Riego, lo., que ha pasado en España con el vino en los últimos 30 o 50 años. "Todo el mundo consumía vino por entonces, pero el mercado recibió el acoso de la cerveza, las colas y los refrescos. Hoy los gourmets del vino permanecen, pero la periferia de los consumidores ocasionales ha desaparecido. En el mundo del libro están los viciosos de la lectura frente a los que leen ocasionalmente. Esta periferia muy posiblemente desaparecerá y el mercado será absorbido por nuevos soportes no de papel".

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