Dos hemofílicos denuncian a Sanidad en Portugal por usar plasma con VIH
Los padres de dos niños hemofílicos, Claudio y Antonio F.(de 10 y 6- años), apoyados por la Asociación Portuguesa de Hemofílicos (APH), han decidido querellarse contra las autoridades sanitarias lusas por "negligencia dolosa", al haber permitido la utilización de derivados sanguíneos contaminados con el virus del sida en centros sanitarios públicos.El producto infectado, con el que fueron tratadas cerca de 500 personas, se compró en Austria entre 1985 y 1986 a la firma Plasma Pharm Sera. Según las autoridades austriacas -que ordenaron el cierre de los laboratorios el pasado 26 de junio-, la empresa carecía de autorización oficial para la exportación de plasma.
El Ministerio de Sanidad portugués ha admitido que entre 1985 y 1986 fueron importados derivados sanguíneos contaminados con el virus y que se han utilizado en el tratamiento de hemofílicos. En marzo se reconocieron oficialmente 34 casos de enfermos de sida relacionados con las partidas de sangre importadas de Austria, de los cuales ya han fallecido 19. Sin embargo, la APH afirma que el número de hemofilicos contaminados se eleva por lo menos a 300.
El Ministerio de Sanidad portugués estableció los trámites obligatorios para garantizar la calidad de la sangre en 1986, cuando surgieron las primeras acusaciones sobre el uso de sangre contaminada. El Instituto Portugués del Comercio Externo remitió a la empresa lusa Aviquímica un documento del Ministerio de Sanidad austriaco según el cual los derivados sanguíneos de Plasma Pharm Sera habían superado el control sanitario tras "un test obligatorio para la detección del VIH en la sangre utilizada".
Negligencia o algo peor
Las investigaciones en curso deberán determinar si el documento, como alega la sanidad austriaca, fue falsificado, o si las autoridades portuguesas cometieron una negligencia al considerar válidos los controles supuestamente realizados en Austria, no procediendo a otras pruebas.
La APH considera insuficiente el debate realizado la semana pasada en el Parlamento portugués, donde el ministro de Sanidad, Arlindo de Carvalho, negó cualquier responsabilidad por parte de las autoridades sanitarias. Para la APH se trata, sobre todo, de garantizar que las investigaciones esclarezcan los hechos e identifiquen a los responsables.
La semana pasada la mayoría socialdemócrata rechazó las peticiones parlamentarias presentadas por los partidos comunista y socialista, para que el Estado asumiera el coste del tratamiento y la indemnización a los enfermos contaminados por transfusiones.
Según el ministro de Sanidad portugués, "el Gobierno no espera a los consejos de la oposición para asumir sus responsabilidades, y las propuestas son inferiores a lo que se está haciendo ya para las víctimas de este trágico accidente".
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