Los grupos políticos convierten el consenso en exigencia para cualquier reforma de la Constitución

El aplauso de la Cámara subrayó ayer tarde la unanimidad con que se aceptó la pro, posición de reforma constitucional, antes de que el presidente del Congreso, Félix Pons, pudiera proclamar pricipalmente que los 328 votos emitidos habían sido favorables a la toma en consideración de la proposición de ley para modificar el artículo 13.2 de la Constitución española de 1978. Justamente la necesidad del consenso para futuras modificaciones de la Carta Magna se erigió en el argumento fundamental de entre todos los que se esgrimieron en el- debate del pleno del Congreso.El pleno extraordinario celebrado ayer para tomar en con sideración la proposición de ley, firmada por todos los grupos, para la reforma constitucional que hará posible el que ciudadanos europeos puedan ser elegidos concejales en España, tuvo como ejes fundamentales el consenso con el que se aborda la reforma y la necesidad de que este mecanismo se mantenga ante eventuales futuros cambios de la Constitución española de 1978. Al pleno asistieron el presidente y el vicepresidente del Gobierno, Felipe González y Narcís Serra, así como 12 ministros del Gabinete.

Todos los portavoces parlamentarios -excepto el vasco- ahondaron en la idea de que la Constitución se logré por consenso de todas las fuerzas políticas y que otro tanto va a ocurrir con ocasión de la primera reforma del texto, 14 años. después. El Grupo Vasco renunció a su derecho a hablar en el pleno, marcando así su postura de distanciamiento, aunque votó a favor.

Eduardo Martín Toval, en nombre de los socialistas, subrayó que se trata de una reforma trascendente porque "refuerza la unidad europea", afecta a un derecho democrático tan fundamental como el del sufragio y recoge una iniciativa española fue aceptada en su día por el Consejo Europeo.

Martín Toval destacó que llevar a cabo sólo las reformas que sean "imprescindibles" supone "una garantía democrática" y añadió que la reforma por consenso. "refuerza la legitimidad de la posición española en el exterior".

Gábriel Cisneros, en nombre del PP, remarcó con fuerza la idea del consenso hasta el punto de agradecer al Gobierno que no ejerciera su capacidad de iniciativa legislativa y aceptase la propuesta popular para que la reforma naciese por una proposición de todos los grupos, y añadió que los precedentes de 1978 y el actual suponen el que se ponga "muy alto el aval de la reforma".

Referéndum

Cisneros se dirigió González para recordarle que la posibilidad de convocar un referéndum es responsabilidad suya y que si decidiese convocarlo para ratificar el Tratado de Maastricht contaría con el voto favorable de su partido, No obstante, arremetió contra las voces que se han venido escuchando a favor del referéndum porque, según Cisneros, "no es difícil descubrir en ellas la inequívoca estirpe totalitaria", ya que, dijo, muchos de los argumentos que se han escuchado tratan "de deslegitimar la monarquía parlamentaria y el sistema de partidos".

Miquel Roca, por el grupo catalán, centró su argumentación en que esta reforma supone u! paso más hacia Europa, que para España es "la mayor esperanza y la gran condición de nuestro progreso". Para Roca "la modificación nos habilita- para participar en la Constitución de Europa". Y concluyó afirmando: "Fuera de Europa, para España nada sería viable".

Nicolás Sartorius, en nombre de IU, volvió a destacar el valor del consenso como apoyo político de la reforma. "Ni siquiera la Constitución de la república logró la aquiescencia de la actual", dijo Sartorius, quien agregó: "Sin consenso [la Carta Magna] debería ser un texto intocable".

Rafael Arias Salgado, por el CDS, homenajeó a Adolfo Suárez como presidente del Gobierno cuando se redactó y aprobó la Constitución y se felicitó de que la Cámara vaya a modificarla ahora, tomando como pauta la resolución del Tribunal Constitucional, que calificó como la "técnicamente más acertada y políticamente más conveniente, ya que evita la necesidad del referéndum".

Salvador Pérez Bueno, del Partido Andalucista; Joan Oliver, de Unión Valenciana; Joseba Azcárraga, de Eusko Alkartasuna; Arantxa Mendizábal, de Euskadiko Ezkerra; José María Mur, del Partido Aragonés, y Luis Mardones de las Agrupaciones Independientes Canarias, todos ellos del Grupo, Mixto, también apoyaron la reforma. Azcárraga recordó que la Constitución tiene la "asignatura pendiente de facilitar al pueblo vasco el derecho de autodeterminación".