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La reforma de Griñán devuelve a Sanidad, con ligeras variantes, a la situación de hace dos años

La reforma del Ministerio de Sanidad y Consumo y del Instituto Nacional de la Salud (Insalud) propuesta por José Antonio Griñán quedó ayer aprobada en el Consejo de Ministros. Ésta es la sexta reorganización del ministerio en los últimos 10 años, desde que el PSOE subió al poder, y supone deshacer lo tejido por el anterior ministro, Julián García Valverde, para reconstruir el organigrama de Julián García Vargas. La principal novedad de la reforma es la separación clara de funciones entre el ministerio en sí y el Insalud, para hacer a éste más operativo y darle mayor capacidad gestora.

En el nuevo esquema destaca la confirmación de Marcos Peña como hombre fuerte del sistema. De su Secretaría General de Salud, de nueva creación, pasan a depender las direcciones generales de Salud Pública, de Ordenación Profesional, de Ordenación de la Investigación y Formación, y de Farmacia y Productos Sanitarios. Además, se crea otra secretaría general, la de Planificación, presidida por el navarro Santiago Mendioroz -hasta ahora secretario general técnico del ministerio-, que tendrá que formular un plan para el Insalud que concrete la gestión de los recursos sanitarios y proceda a descentralizar las áreas y los centros de atención sanitaria. Este plan se basará en la asistencia personalizada al ciudadano, la disminución de los tiempos de espera, la mejora de la accesibilidad de los ciudadanos al sistema de salud y la profundización en la atención al enfermo, según afirma el ministro.También se crea una Dirección General de Investigación y Formación, con José Ramón Ricoy, hasta ahora vocal asesor del ministerio, al frente, y un consejo asesor del ministro, del que formarán parte personas de reconocido prestigio.

La nueva estructura del ministerio reproduce, en síntesis, un esquema similar al que tenía el departamento hace dos años con Julián García Vargas, actual ministro de Defensa, como responsable de Sanidad. Fuentes del ministerio consideran que esta coincidencia no es mera casualidad, dado que José Antonio Griñán, anteriormente consejero de Sanidad en Andalucía, es visto como el delfin de García Vargas. Como nuevo director general de Salud Pública ha sido nombrado José Francisco y Polledo, hasta ahora director general de Protección de los Consumidores, en sustitución de Francisco Ortega. Francisco Javier Elola será director general de Asesoramiento y Planificación Sanitaria, y Alberto Elordi, director general de Relaciones Externas y Comunicación.

Adiós al 'clan de Renfe'

El paso dado ayer convierte definitivamente en pasado la etapa de García Valverde. De hecho, Griñán tan sólo ha mantenido del denominado clan de Renfe a los directores generales relacionados desde siempre con el sector sanitario. Entre éstos, Javier Elola y Javier Rey, responsable de la Dirección General de Alta Inspección y Coordinación Territorial, y Regina Revilla, directora general de Farmacia.Revilla manifestó ayer en Santander que le parece "muy positivo que exista una Dirección General de Investigación que coordine el Instituto de Salud Carlos III con todas las necesidades del ministerio".

Respecto al cese de Francisco Ortega, fuentes próximas al ministerio consideran que Ortega no estaba ubicado en el área que conoce a fondo, la gestión sanitaria.

Comisiones Obreras emitió ayer un comunicado en el que valora "favorablemente" la nueva reforma sanitaria. El sindicato cree que, a diferencia de las propuestas de la anterior Administración, "que concebía los problemas relacionados con la sanidad como una mera cuestión de reducir gasto y aplicar criterios empresariales de gestión, las medidas que ahora se presentan suponen un giro positivo y parten del reconocimiento del derecho a la salud como uno de los principios básicos de la Constitución".

Este sindicato valora "Ia actitud seria y dialogante del ministro de Sanidad", aunque muestra su preocupación "porque estas importantes iniciativas se vean frenadas y obstaculizadas si salen adelante propuestas de reducción del gasto". El sindicato considera que los presupuestos de 1993 serán un "auténtico test" y apoyan que se realicen "sobre bases rigurosas y partiendo de presupuestos reales".

En este sentido, Griñán afirmó nuevamente ayer durante la presentación de la reforma: "La sanidad no admite recortes presupuestarios. Lo que necesita es un control del crecimiento del gasto".

El consejero de Sanidad de Cataluña, Xavier Trias, aseguró ayer en un curso de verano de la Universidad Complutense que el déficit sanitario general supera los 570.000 millones de pesetas, "fruto de unos malos presupuestos" que duran ya 10 años, informa Efe.

La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública se lamentó recientemente de que Griñán haya primado los aspectos de reorganización interna en detrimento de la reforma sanitaria.

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