_
_
_
_

Declaración política centrada en la seguridad

La declaración política de los líderes del G-7 dada a conocer ayer, anuncia la creación de un nuevo tipo de colaboración entre los países en el campo económico, político y de seguridad. El énfasis del largo documento, sin embargo, está claramente puesto en el tema de desarme. Los siete se felicitan por los cambios en el paisaje político global, creados por las revoluciones democráticas, pero al mismo tiempo reconocen que estos cambios arrastran consigo peligros de inestabilidad considerables.El Tratado de Maastricht, es considerado "un escalón histórico en el camino hacia la unidad europea".

En el campo de la seguridad, el G-7 pide la inmediata y total puesta en marcha de todos los acuerdos y compromisos tomados en el marco de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE). La cumbre de la CSCE en Helsinki, que empieza esta misma semana, debería tomar decisiones encaminadas a reforzar la Capacidad de este organismo para la prevención de conflictos, la gestión de crisis y la resolución pacífica de las disputas. En opinión de los siete en Helsinki debería establecerse un foro para la cooperación en materias de seguridad.

Más información
El G-7 pide a Yeltsin la retirada militar del Báltico

Reducción nuclear

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

La preocupación por la proliferación nuclear ocupa toda la segunda parte de la declaración política del G-7, y en ella piden la extensión indefinida del Tratado de no proliferación nuclear en la conferencia que debe revisarlo en 1995. En este sentido se pide también la adhesión a este tratado de "Estados no nucleares" como Ucrania, Kazakstán y Bielorusia -las tres repúblicas de la ex URSS- que, además de Rusia, poseen armamento nuclear.

El tema del control sobre los expertos nucleares de la antigua URSS ha sido tratado a fondo, y también se ha propuesto la creación de unos controles para la exportación de materiales nucleares y tecnologías militares. Los siete quieren que se refuerce el papel de las Naciones Unidas y para ello apoyan las acciones ya emprendidas por el nuevo secretario general, Galli, para reformar la organización, incluyendo el nombramiento de un alto comisionado que se encargaría exclusivamente de coordinar todo lo que se refiera a las ayudas humanitarias de emergencia.

El G-7, al margen de la declaración, no quiere que los paises pobres piensen que los problemas surgidos en la ex URSS y en Europa del este, significa una transferencia de ayuda en esta dirección en perjuicio suyo, y están preparando una declaración que institucionalice un mecanismo del Fondo Monetario Internacional para ofrecerles dinero barato.

Más información en última página

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_