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La reestructuración militar prosigue, pese al asesinato del presidente

Mientras Argelia se debate entre la desesperación y el dolor por el asesinato del presidente Mohamed Budiaf, se ha producido el cese del general Abdelhamid Yuadi, responsable de la IV Región. El relevo en la capitanía del Sáhara ha provocado una oleada de especulaciones, a pesar de que había sido anunciado previamente y forma parte de un proceso de reestructuración de la cúpula militar. Según algunas versiones, la operación pretende conducir hasta el Ministerio de Defensa al general Abdelmalek Guenaizia y dejar libre a Jaled Mezar para un destino más importante, como la sustitución de Budiaf.

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Sin sombra en la que cobijarse

La reestructuración de la cúpula militar del Ejército argelino se decidió en abril, cuando cesó fulminantemente el responsable del Ejército de Tierra, general Mohamed Lamari, por graves discrepancias con la política del Gobierno y del Alto Comité de Estado, que había decidido en treabrir las puertas de los centros de internamiento del Sáhara e ir dejando en libertad, poco a poco, a los integristas detenidos. El cese de Lamari provocó miles de cábalas, ya que se produjo semanas después del intento de asalto integrista al almirantazgo de Argel y de la apertura de los juicios por corrupción contra mandos del Ejército. Se llegó a decir que Lamari era partidario de pasar por alto los casos de corrupción, en aras a la unidad del Ejército y de no abrir nuevos frentes de lucha internos. Se aseguró que propugnaba centrar todos los esfuerzos en la represión del integrismo.Lamari era uno de los cinco militares más influyentes en la vida política de Argelia. Bajo su mando directo se encontraban los 125.000 hombres que componen el Ejército Nacional Popular, que constituye el núcleo fundamental de la defensa de la república. Quizá por este motivo Lamari no fue absoluta y radicalmente desplazado, sino que se le trasladó a la presidencia de Gobierno, donde ocupa un lugar privilegiado como asesor de Sid Ahmed Gozali, lo que le permite continuar influyendo en las decisiones castrenses del país.

Nuevos inspectores

Lamari fue sustituido en el cargo por el general mayor Jalifa Rahim, responsable de la región militar de Orán. Se iniciaba de esta manera un proceso de reformas en la, cúpula del Ejército argelino; se producía el nombramiento de nuevos inspectores generales de las tres armas, pero. sobre todo se llevaba a término el relevo de los responsables en tres puestos claves: la agregaduría militar de la Embajada de Egipto y la dirección de la V y la IV Región Militar.

El relevo de la IV Región Militar de Uargla se efectuó el pasado martes, a pesar de que la muerte de Budiaf hacía predecir el colapso de todas las actividades y decisiones sociales y políticas. El cambio en Uargla no es una anécdota. La capital del Sáhara es un enclave estratégico en la defensa y en la unidad de Argelia, ya que allí se encuentran los pozos de petróleo y los yacimientos de gas, piezas claves de la economía del país. En esta región se inició el pasado mes de diciembre un importante movimiento guerrillero integrista que atacó un destacamento fronterizo con Túnez provocando una verdadera matanza. Además, desde la capitanía de Uargla se controlan las fronteras de Mauritania, Libia, Túnez, Malí y Marruecos, escenarios de continuados litigios y, sobre todo, paso obligado para las corrientes integristas que, desde los santuarios de Sudán o Irán, intentan llegar al norte de Argelia.

Todas estas reestructuraciones se llevan a término en un momento en el que se reavivan los rumores en tomo al estamento militar y se habla de deserciones en el seno del Ejército al tiempo que se especula con la labor de zapa que los islamistas han venido efectuando en el cuerpo militar.

Las posibles deserciones han. sido desmentidas categóricamente por el ministro de Defensa y miembro del Alto Comité de Estado, Jaled Mezar, quien hace poco menos de una semana aseguraba que el número de abandonos no sumaba más de una docena, y que algunos de ellos habían sido detenidos y recuperadas las armas sustraídas. La supuesta infiltración de islamistas en el seno del Ejército, es un tema más difícil ya que quedaron absolutamente claros en el reciente juicio celebrado contra los asaltantes del almirantazgo de Argel, los estrechos lazos existentes entre la guerrilla integrista y el Frente Islámico de Salvación. El núcleo guerrillero juzgado por el, suceso del almirantazgo pretendía proclamar desde allí la república islámica.

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