El cardenal Sodano reconoce el papel mediador del Vaticano entre el Gobierno y la Iglesia española

El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano, reconoció ayer que la Santa Sede realiza actualmente un papel de mediación entre el Gobierno socialista y la jerarquía española. Sodano, que concluyó ayer una visita oficial de tres días a España, aprovechó la jornada para entrevistarse con el presidente del Gobierno, Felipe González, y mantener dos encuentros con el vicepresidente, Narcís Serra. Las reuniones fueron calificadas por ambas partes como cordiales y constructivas. El Ejecutivo, según fuentes de la Moncloa, pretendía aprovechar la visita de Sodano para establecer un puente de diálogo con el Vaticano que impulse sus relaciones con los responsables de la Conferencia Episcopal.

El cardenal Sodano, en una comparecencia ante la prensa, reconoció que existen problemas entre el Gobierno y el episcopado español, cuyo presidente, el cardenal Ángel Suquía, no ha sido recibido por el jefe del Ejecutivo, Felipe González, pese a sus reiteradas peticiones. El punto culminante de acritud en las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno español se alcanzó durante 1988, cuando el presidente González llegó a expresar formalmente su malestar al entonces secretario de Estado vaticano, el cardenal Agostino Casaroli, por el contenido de algunos programas de la cadena COPE, de la que es propietaria la Conferencia Episcopal."Si hubo dificultades, que yo no niego, se deben superar, y yo hago votos para que así sea", dijo el secretario de Estado del Vaticano. Después destacó su disposición a cooperar, "de parte de la Santa Sede para reavivar el diálogo, porque la buena voluntad existe, como el fuego bajo la ceniza. Es necesario reavivar el diálogo, y yo estaría contento si contribuyo a ello". "Yo no pretendo abrir una nueva etapa en las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno español. Ciertamente deseo ayudar a las autoridades eclesiásticas y civiles a reanudar un mayor contacto", añadió.

Comisión mixta

Tras el encuentro mantenido con el presidente del Gobierno, que se prolongó durante 45 minutos, y la comida que compartió con el vicepresidente Narcís Serra, Sodano anunció que será reactivada la comisión mixta, que no se reúne a su más alto nivel desde hace años. Hasta ahora, el ejecutivo mantenía la postura de que esta comisión no sería convocada a su más alto nivel hasta que las estadios técnicos y los que conforman el director general de Asuntos Religiosos, Dionisio Llamazares, con los responsables de la secretaria general del episcopado, que dirige el obispo Agustín García Gasco, alcanzaran acuerdos sobre los litigios abiertos. El más importante de ellos, la financiación de la Iglesia católica en España, fue abordada ayer en los encuentros mantenidos por Sodano. La situación internacional, como la última cumbre comunitaria, celebrada en Lisboa, o la explosiva situación de los Balcanes también fue objeto de análisis en el encuentro entre González y Sodano.El cardenal no se pronunció sobre la propuesta realizada por el Ejecutivo socialista, que pretende sustituir la asignación tributaria por las donaciones directas de los fieles a su Iglesia, que desgravaría (Véase EL PAÍS del domingo). Simplemente, y en tono conciliador, indicó que la Constitución explícita que el Gobierno debe colaborar con la Iglesia. Subrayó, en este sentido, que los países donde la religión mayoritaria es la católica, los Estados no son confesionales, al contrario de lo que ocurre en Grecia, donde la mayoría es ortodoxa, o en Inglaterra, donde la reina es la cabeza de la Iglesia anglicana. La Iglesia católica, señaló el cardenal Sodano, es respetuosa con la libertad religioso.

También fueron abordados durante la jornada la problemática de los profesores de religión que no son funcionarios, que desean una equiparación salarial con el resto de sus compañeros. En esta cuestión también está pendiente de negociación y de alcanzar un acuerdo entre Justicia y la Conferencia Episcopal, que pese a todo han mejorado ostensiblemente durante los dos últimos años el tono de sus relaciones.

Mientras, las comunidades de base de Italia expresaron ayer su solidaridad con el teólogo brasileño Leonardo Boff que ha renunciado a su condición de sacerdote por "la incansable persecución" a la que se ha visto sometido por el Vaticano, según explicó al hacer pública su decisión. "Las voces de la profecía y del testimonio al servicio del hombre de hoy no tienen, por desgracia, espacio en este modelo de Iglesia querido por Wojtyla y patrocinado por Ratzinger", se lee en un comunicado publicado en Roma por las comunidades cristianas de base, para expresar su "plena solidaridad" con Boff, informa . "La praxis constante de las actuales jerarquías vaticanas es la sumisión, el silencio y la marginación de los que no siempre se encuentran en sintonía con lo que aquellas imponen", añade el comunicado.