"Los integristas no retroceden ante nada, ni siquiera ante el crimen"
Hasta su visita a Anaba, la ciudad en donde fue asesinado, Mohamed Budiaf apenas salía de la residencia situada en el recinto del palacio presidencial. "De momento hay demasiado trabajo", explicaba en la que iba a ser su última entrevista al responder sobre su supuesto aislamiento. "En unos días iniciaré una gira por el país para explicar la necesidad de crear una gran alianza de todos los argelinos".En esta charla, Budiaf relató las anécdotas referentes a una marcha nocturna en las montañas del Rif para realizar un encuentro con opositores marroquíes en septiembre del 954. Durante el viaje, él y Ben Midi -otro de los históricos argelinos- planearon la creación de un frente nacional situado al margen de querellas personales y tendencias. Paradójicamente, recordó Budiaf, este proyecto fue considerado durante 30 años poco interesante.
Al volver a la situación actual, explicó que sus contactos con el primer ministro, Sid Ahmed Gozali, no eran frecuentes ni regulares. Ante el rumor de que Gozali no pasaría del verano en su cargo, Budiaf respondió sin ningún protocolo ni calor particular: "¿Por qué? Trabaja mucho, va a impulsar la economía... ¡Está bien en su sitio!".
Respecto a Marruecos, donde Budiaf vivió 28 años en el exilio, afirmó: "En Marruecos no ha habido esclerosis del Estado, como ha ocurrido en Argelia. Es una monarquía, pero la autoridad existe. El rey es el representante de la Umma. Sin embargo, los religiosos denuncian la corrupción y el abuso de poder. Marruecos es uno de los países que ha sabido conjurar a tiempo el peligro integrista".
Al responder a una pregunta sobre el conflicto del Sáhara Occidental y su influencia sobre las relaciones argelinas con Marruecos, Budiaf contestó: "Creo que ahora existe una voluntad real de dar una solución a ese tema. Por lo que respecta a Argelia, está el problema de los saharauis. Son refugiados, hace 17 años que están aquí, les hemos ayudado y representado. Hay que intentar que la gente comprenda que este problema no tendrá solución si no nos enfrentamos a él, y ello redundará en beneficio de todos".
Respecto a las relaciones entre su país y Libia respondió: "Ya se lo he dicho al hermano Gaddafi: estamos a su lado, pero ellos deben solucionar sus propios problemas. ¿Cómo construir una región económica y políticamente fuerte si uno de sus miembros está en conflicto con el resto del mundo?".
En tomo a la demagogia de la arabización, Budiaf criticó los tabúes interiores, como es la enseñanza del francés, una de las víctimas de esa política. "Todo eso es demagogia. Existe una cierta sensibilidad árabe que se plantea en el campo de la educación nacional, algo muy artificial. El árabe, el islam, los valores nacionales y todos esos argumentos actuales se siguen planteando. Pero lo superaremos".
Budiaf fue tajante al calificar de catástrofe el auge del integrismo islámico en Argelia. "Los integristas recurren a la desinformación, a las calumnias y a la mentira", dijo. "En este momento están haciendo circular un documento en el que me acusan de ser masón. No retroceden ante nada, ni siquiera ante el crimen. Su llegada al poder habría sido una catástrofe para el país e incluso para el Mediterráneo y Europa", añadió.
Sin embargo, el fallecido dirigente hizo matizaciones cuando declaró que "son los extremistas los que utilizan la religión" y al señalar que en esta categoría también figuran no sólo militantes del Frente Islámico de Salvación (FIS).
En cuanto a la corrupción, Budiaf consideraba que "hay que luchar contra la corrupción, delito imputado a los anteriores dirigentes". "La justicia triunfará", añadió al referirse a su antecesor. "No creo que haya verdaderamente algo contra el ex presidente Chadli Benyedid. Ben Bella se equivoca cuando le acusa. Yo tengo los documentos y los he leído. En fin, quizá le gustase vivir bien. Se dice que tiene casas, que su hijo posee un apartamento y que su familia política... Pero no creo que él personalmente tenga gran cosa".
"El poder es una carga"
Budiaf no confirmó su candidatura para las elecciones prometidas por el actual Gobierno argelino. "No sé si me presentaré en los próximos comicios", dijo al responder a la pregunta sobre cuáles eran sus ambiciones políticas. "Le digo honestamente que si mañana apareciese un hombre mucho más valioso que yo, le dejaría el puesto inmediatamente. Porque considero que el poder es más una carga que otra cosa. No voy a entrar a competir políticamente a mi edad", añadió.
El asesinado presidente concluía estas declaraciones con un toque de optimismo: "Creo que mi misión y la de la gente de mi generación es permitir a los jóvenes recoger el relevo en las mejores condiciones. Se lo aseguro, triunfaremos porque no tenemos otra opción".
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