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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Vigas enfermas

TODO EMPEZÓ en Barcelona en 1990, cuando una persona murió al desplomarse un edificio de cinco plantas en el barrio del Turó de la Peira. El diagnóstico de la tragedia popularizó un nuevo y tremendo vocablo: aluminosis. Las vigas de cemento habían sido fabricadas con un sistema que permitía una mayor rapidez en la construcción , pero que se ha desvelado más frágil a la humedad y al paso del tiempo. La gran mayoría de los edificios levantados con ese material lo fueron entre 1950 y 1970, en pleno desarrollismo franquista, con prisas para acomodar la nueva población urbana que generaba ese desarrollo.La herencia de aquella barbarie especulativa está todavía por cuantificar, y ya se han advertido problemas similares a los de Cataluña en Canarias, Andalucía, Madrid... La patología de la aluminosis no se revela al mismo tiempo en todas las casas construidas con este material ni todas van a sufrir el mismo deterioro. Las autoridades temen las proyecciones estadísticas, el comprensible pánico de quien sospeche que su piso está en el larguísimo listado de casas fabricadas con este material. Pero la mejor manera de combatir este pánico no es rebajando los cálculos supuestamente alarmistas, sino dando garantías a los afectados de que se reaccionará con eficacia y rapidez a medida que vaya presentándose el problema.

En Cataluña y Madrid ya existen acuerdos entre las administraciones local, autonómica y central para sufragar las operaciones de diagnóstico y, en su caso, rehabilitación de los edificios o reacomodo de los vecinos cuyas casas no admitan otra cosa que el derribo. Este tipo de actuación se ampliará a las otras comunidades afectadas. La duda que tienen los vecinos es si los planes correspondientes se dotarán con las cantidades precisas y, sobre todo, si se procederá con rapidez. Muchos afectados viven con el temor perpetuo de que las vigas de sus techos se rompan el día menos pensado. No hay otra actuación ante esa legítima impaciencia que la diligencia oficial. El hecho de que la Administración democrática no sea responsable del desastre no le excusa a la hora de dar soluciones.

El caso de la aluminosis es un fraude al consumidor. Un fraude más llamativo de los que habitualmente se producen porque ya ha tenido resultado de muerte y un altísimo precio. Pero no hace falta esperar a este tipo de escándalos

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. para reaccionar severamente contra quienes, de manera imprudente o dolosa, perjudican al ciudadano y para organizar la prevención legal en este terreno. El cemento aluminoso fue utilizado legalmente en España hasta 1977. Los tribunales han abierto indagaciones sobre el eventual conocimiento por los constructores de las deficiencias de ese material.

En Cataluña, por ejemplo, ya es obligatorio en las nuevas edificaciones la redacción de una especie de libro de familia de la obra en el que se detallan los aspectos técnicos más relevantes y los responsables de cada aspecto de la misma. No es un invento original, existe en muchos países comunitarios, pero aquí siempre amanece con retraso y, lo que es peor, necesitamos el estruendo de la catástrofe para despertarnos.

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