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Expedientado el coto donde murió un águila imperial envenenada

Javier Casqueiro

La Comunidad de Madrid ha abierto un expediente sancionador contra un coto de caza en el que se halló muerta el pasado 29 de marzo un águila imperial. Los informes toxicológicos han confirmado que el águila, perteneciente a una especie en vías de extinción, falleció tras ingerir un veneno -estricnina- que está prohibido en España desde hace años. La Agencia de Medio Ambiente (AMA), que es la que tiene competencias en la materia, investiga las responsabilidades de los propietarios de la finca y puede llegar a suspender la licencia del coto y a imponer una importante sanción económica.La muerte de este águila imperial fue observada por un ecologista de Aedenat, Santiago Martín Barajas, que denunció e hecho en la Guardia Civil. La Comunidad de Madrid cuenta con cinco parejas de águilas ¡mperiales de las 30 que hay en el mundo. El Instituto de Conservación de la Naturaleza (Icona) cuando tuvo constancia del su ceso, remitió el ejemplar a un la boratorio de diagnósticos veterinarios catalán especializado e este tipo de análisis.

Los resultados toxicológicos obtenidos de las muestras gastrointestinales del águila con firman el temor inicial de lo ecologistas cuando presentaron la denuncia. El ejemplar estudiado, un individuo joven de dos años de la especie águila. Adalberti, era seguido con detectores por técnicos del Icona que le habían puesto un nombre: Melera.

Una finca en Villamantilla

El águila fue encontrada muerto en el paraje denominado El Bosque, del término municipal Villa mantilla (Madrid), dentro de u coto privado de caza cuyo titula es Agropecuaria Las Mercada El examen externo de los expertos resalta que el ejemplar presentaba buen estado de plumaje y ausencia de heridas externas o fracturas, así como restos de vómitos en la cabeza.Los resultados toxicológicos fueron positivos sobre la estricnina, un veneno mortal de actuación inmediata. El porcentaje de estricnina encontrado fue de 0,07 miligramos, "significativo, y que, por un lado, se produjo un episodio de vómitos antes de la muerte y, por otro, este tóxico no se encuentra normalmente como contaminante ambiental".

Los técnicos del Icona añade un dato que será determinante para la investigación. "Dado que la intoxicación por estricnina cursa de forma sobreaguda, la muerte del animal se debió producir próxima al lugar donde fue encontrado el cadáver". Esta hipótesis será defendida desde la Agencia de Medio Ambiente a la hora de demostrar la culpabilidad de los propietarios del coto en esta muerte.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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