Barcelona y Madrid se niegan a vigilar las nuevas normas de tráfico

Las innovaciones del Código de la Circulación, que entraron en vigor ayer, no han sido bienvenidas por los ediles de Madrid y Barcelona, las dos ciudades dónde se produce el mayor número de muertos en accidentes de tráfico. El concejal de Seguridad de Madrid alega que los policías tienen otras prioridades que la de vigilar a los conductores; en Barcelona se hará una campaña antes de aplicar las sanciones a los infractores.

El ministro del Interior, José Luis Corcuera, declaró ayer en la inauguración de un congreso iberoamericano sobre seguridad vial que "el número de víctimas en los siniestros de circulación sólo se reducirá si todos los conductores respetan las nuevas normas establecidas en el actual reglamento".Estas normas tienen una incidencia especial en las ciudades donde desde ayer no se permite la circulación a más de 50 kilómetros por hora y se exige circular con el cinturón abrochado a todos los pasajeros de turismos (los que no dispongan de cinturones traseros tienen límite el 1 de julio de 1994).

Una simple inspección ocular por las calles de Madrid revelaba que muchos conductores infringían la norma de llevar el cinturón abrochado. Pero mientras el ministro del que depende la Dirección General de Tráfico (DGT) declaraba que "los ciudadanos deben saber que es imprescindible que se cumplan esas normas mínimas para un tráfico más fluido y seguro", el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de la capital no se cansaba de repetir por todos los medios de comunicación que "no se puede vigilar al millón de automovilistas que circulan por Madrid. La Policía Municipal tiene cosas más importantes que hacer que vigilar esta norma".

En Cataluña, el Instituto de Seguridad Vial ha acordado con los ayuntamientos no aplicar las nuevas sanciones en tanto no realicen campañas de divulgación explicativas sobre la eficacia de las nuevas normas de circulación, según ha declarado Josep Lluis Pedregosa, director del instituto. Sin embargo y, a pesar de este acuerdo, aplicable al cinturón de seguridad, el Ayuntamiento de Barcelona estaba dispuesto desde ayer a retener las motos de aquellos conductores que circulen sin el casco de seguridad.

En la DGT rehusaron comentar esta diversidad de reacciones por parte de responsables municipales. "El año pasado hubo 1.200 muertos de tráfico en zonas urbanas. Creemos que este dató es contundente que basta por sí sólo como argumento para apoyar el cumplimiento de las normas", señalaron.

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