Curro Romero vuelve a Madrid

La vuelta a Madrid de Curro Romero, ausente de la pasada feria de San Isidro, ha creado una gran expectación para la corrida de esta tarde, en la que también reaparece el madrileño Mariano Jiménez tras el grave percance que sufrió en este coso durante su segunda actuación en el ciclo isidril. Completa la terna otro diestro muy del gusto de la afición madrileña, Curro Vázquez, cuya presencia pidió el de Camas

Manuel Cisneros, apoderado de Romero, destaca que éste se encuentra ilusionadísimo con el festejo: "Curro, que acaba de bordar el toreo en Nimes, como ya lo hizo en Sevilla y Córdoba, desea fervientemente que le embista un toro en esta plaza en la que tantos triunfos ha conseguido y donde quiere homenajear a su afición por su apoyo de siempre".Cisneros añade que 1992 está siendo un magnífico año para su torero, tanto por la calidad que destila en ocasiones, como por el número de contratos, pues lleva ocho corridas y, por el momento, tiene firmadas otras tantas: "Físicarnente también está hecho un chaval, y si él quiere sumará más de 20 tardes. Lo suyo, con casi 60 años y la expectación que despierta en todas partes, es histórico".

Este mismo calificativo de histórico apunta Jiménez para Romero, "que podía ser mi padre y hasta mi abuelo, y como le dé por torear el domingo me puede borrar de la plaza. Menudo compromiso", dice. El madrileño, ya recuperado totalmente de su percance, como demostró en sus dos últimas actuaciones, en Cuenca y Vic-Fezensac (Francia), estima que afronta el reto más importante de su carrera: "No sólo por volver una cuarta tarde a Las Ventas, donde ya no soy novedad y se me va a exigir mucho, sino por hacerlo además con dos artistazos".

Agrega que mira el cartel y tiene que frotarse los ojos para creérselo, como le ocurrió el pasado martes, cuando al re gresar del festejo de Vic-Fezensac camino de su casa -vive y nació en el barrio de Ventas- y vio los anuncios de la corrida junto a las taquillas del coso, creyó que se había quedado dormido en el coche.

"Tuve que decirle a mi apoderado que si era verdad lo que veía", recuerda, para agregar: "Yo, en Madrid y con Curro, cuando aún no he olvidado que hace tan sólo dos años iba de capa con él a los tentaderos donde siempre me dio buenos consejos, me apoyó y se portó bien conmigo. Cuando me pongo a pensarlo detenidamente, no sé si es verdad o alucino".

El otro espada, Curro Vázquez, también se muestra orgulloso de volver a alternar con Romero, "un maestro y un ejemplo a seguir para todos", como le define. Vázquez afirma no haber tenido suerte en la feria, porque, según él, no le embistieron los toros. Confia en levantar vuelo a partir de hoy, cuando hace su paseíllo número 64 en Las Ventas. "Mi intención es llegar a los 100", concluye, "y superar todas las marcas, pero no puedo vivir de triunfos anteriores, necesito sembrar otra vez".