Congelados los bienes yugoslavos en EE UU
AGENCIAS El presidente norteamericano, George Bush, fue el primero en ordenar la congelación en su país de los bienes yugoslavos, de acuerdo con la resolución aprobada el sábado pasado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. "Tenemos esperanza de que con esta medida ayudaremos a frenar la violencia sin sentido y a traer la paz y la estabilidad a la región", decía la misiva enviada por Bush al Congreso para informarle de la decisión gubernamental.
Además de la congelación de los bienes yugoslavos en otros países, la resolución 757 impone a Belgrado un embargo total -aéreo, petrolero y comercial-, la reducción del personal diplomático, la suspensión de los intercambios científicos, técnicos y culturales, y la prohibición de la participación en eventos deportivos internacionales.Judy Smith, portavoz de la Casa Blanca, indicó que Bush había firmado el decreto de congelación de fondos durante el trayecto en avión, a última hora del sábado, entre California y Dallas (Tejas), en la gira de tres días (le campaña electoral que reallizaba por el oeste de Estados Unidos. Añadió que los bienes ascienden a unos 214 millones de dólares (22.000 millones de pesetas), de los que unos 170 millones se encuentran en los bancos yugoslavos en Estados Unidos.
Barbara McDougall, ministra de Exteriores de Canadá, de visita oficial en Turquía, se felicitó ayer por la decisión del Consejo de Seguridad de aplicar las sanciones "exigidas por Canadá" contra Yugoslavia.
El primer ministro británico, John Major, también saludó las sanciones decretadas por la ONU y declaró ayer que "hay que hacer comprender a los serbíos que su conducta es inaceptable".
Las dudas de Checoslovaquia
Checoslovaquia manifestó que aplicará la decisión del Consejo de Seguridad, pero calificó como inútil la resolución 757 de Naciones Unidas. El ministro de Exteriores checoslovaco, Jiri Dienstbier, dijo ayer que Ias sanciones expresan el desaliento de la comunidad internacional por su incapacidad para resolver nada hasta ahora". Y añadió: "No creo que las sanciones traigan una solución".
Maus Kinkel, ministro alemán de Exteriores, se pronunció ayer por una estricta aplicación del embargo y excluyó la utilización de la fuerza contra Belgrado. Sus homólogos austriaco, danés y sueco también expresaron su satisfacción por la decisión del Consejo de Seguridad.
El Ministerio de Exteriores de Italia difundió un comunicado en el que expresa su esperanza de que las sanciones propicien una situación política que permita una solución global a los problemas de Yugoslavia".
Francia, que expresó reservas ante el embargo deportivo, indicó ayer que respetará las sanciones que ha copatrocinado.
El Gobierno húngaro mantuvo ayer una sesión extraordinaria en la que decidió acatar plenamente las sanciones contra Yugoslavia. El portavoz del ministerio de Exteriores recordó que Hungría fue uno de los países que presentaron, junto a Austria y otros Estados, la congelación de relaciones con la denominada "pequeña Yugoslavia".
Reunión del Gobierno suizo
El Gobierno de Suiza, país, que sólo tiene un estatuto de observador ante la ONU y, por tanto, no está obligado a cumplir las resoluciones de esta organización, anunció ayer que se sumará a la decisión de aislar internacionalmente a la nueva república federal de Yugoslavia por las matanzas perpetradas por su Ejército en la república de Bosnia-Herzegovina. Así lo afirmó un portavoz del Departamento Federal de Asuntos Exteriores.
Además, la Oficina Federal de Aviación Civil helvética impuso ayer un embargo sobre todos los vuelos hacia o procedentes de Yugoslavia. Un portavoz de la compañía Swissair dijo que la medida entró en vigor a las cero horas del domingo y afecta tanto a las aerolíneas nacionales como a los vuelos privados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.