EE UU presiona a la ONU para que expulse y aísle a Serbia por las matanzas en Bosnia

La Administración de Bush ha decidido encabezar la presión internacional contra Serbia y pretende la aprobación por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, en las próximas 24 horas, de una dura resolución que contempla un embargo total de Serbia y Montenegro y su expulsión de las Naciones Unidas. La resolución sigue las pautas de las sanciones contra Irak tras la invasión de Kuwait. "Hemos tomado la iniciativa porque los europeos no han podido actuar conjuntamente. Confiamos que la resolución sea aprobada mañana [hoy, para el lector]", declaró ayer un funcionario del Departamento de Estado.

La resolución, que debe someterse a votación en las próximas horas, tiene muchos puntos en común con la 661 aprobada por el Consejo de Seguridad en agosto de 1990 contra Irak, como la prohibición de todos los intercambios comerciales, incluído el petrolero.Para la entrada en vigor de la resolución Estados Unidos debe conseguir el apoyo de Rusia e India, que en las últimas horas se han mostrado más proclives a aplicar sanciones a Serbia, y la aquiescencia de China, que hasta el momento ha expresado su abierta oposición a tales medidas. Fuentes diplomáticas de la ONU confiaban ayer en una abstención de Pekín en la votación de la resolución.

Funcionarios presentes en las conversaciones indicaron que la delegación rusa mantuvo que el conflicto yugoslavo no es tan claro como la invasión iraquí de Kuwait, y que un cambio de actitud de Belgrado no pondría fin, necesariamente, a la actuación de los irregulares serbios en Bosnia-Herzegovina. Los delegados rusos aludieron también a los informes elaborados por el secretario general de la ONU, Butros Gali, que señalan que los serbios no son los únicos culpables de la guerra, y que algunos de los combates son responsabilidad exclusiva de milicias autonómas.

Matanza de Sarajevo

El cambio de actitud de Washington, caracterizada hasta la fecha por su inhibición en el conflicto yugoslavo, ha sido la consecuencia inmediata del brutal ataque del miércoles pasado en Sarajevo, en el que fuerzas serbias atacaron con fuego de mortero a la población civil que hacía cola para comprar pan en pleno centro de la capital bosnia. 16 personas perdieron la vida. La Administración Bush es consciente de que el tiempo para una solución negociada se acaba, y ha decidido aplicar toda su fuerza diplomática para obtener las sanciones más duras posibles.

Lord Carrington, mediador de la Comunidad Europea en la crisis de los Balcanes, declaró ayer en Londres que la comunidad internacional tiene tres opciones: no hacer nada, lo que es impensable, imponer sanciones, o considerar una intervención militar.

La reacción de Serbia a las previsibles sanciones se produjo ayer a través del presidente Slobodan Milosevic, quien aseguró ante las cámaras de televisión que ningún ciudadano serbio tiene nada que temer de las sanciones occidentales. "Hay muchas razones para estar preocupados, pero ninguna para tener miedo, porque no estamos haciendo nada en detrimento de los intereses de otros", dijo Milosevic.