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TALAVERA DE LA REINA

Un toro de vuelta al ruedo

Lo más enjundioso de la tarde ocurrió cuando salió a la arena el segundo, un toro encastado de Clairac, que murió de bravo en los medios y al que se le dio la vuelta al ruedo. Con él se descaró Juan Mora, tanto con el capote como con la franela, replicando en el tercio de quites a Julio Aparicio, que había mecido la embestida del toro en unos lances suaves y un algo enganchados. La contestación de Mora con el capote tuvo el remate de una media con usía y salero. En este segundo bravo toro Mora tardó en acoplarse, pero una vez se colocó en la distancia adecuada, y mandó bajando la mano, ligó unos redondos que tuvieron prestancia. Probó al natural con desigual fortuna, pero toreó, algo a lo que no siempre estamos acostumbrados. Un trincherazo con el que abrió la faena, y un doble de pecho echándose el toro por delante, le quedaron espléndidos a Mora, que tuvo tan sólo el defecto de dejarse puntear la muleta.

Clairac / Ortega, Mora, Aparicio

Cuatro toros de Lamamié de Clairac (dos rechazados en el reconocimiento), terciados, de juego irregular; 2º, bravo, premiado con vuelta al ruedo. Tres de Manuel Álvarez: 1º, bien presentado; 6º devuelto por inválido y segundo sobrero en sustitución del primer sobrero, de Aurora Clairac, asimismo inválido y devuelto-, bien presentado, Ortega Cano: tres pinchazos, media tendida y descabello (silencio); estocada tendida y descabello (oreja). Juan Mora: estocada caída (oreja); estocada caída (ovación). Julio Aparicio: estocada desprendida (leves pitos); bajonazo (palmas). Se guardó un minuto de silencio en memoria de .Plaza de Talavera de la Reina, 16 de mayo. Tres cuartos de entrada.

En el quinto volvió Mora a lucirse en unos delantales ganando terreno hacia los medios. Después expuso frente al toro, encastadito y con problemas, y aunque no era posible ligarle los pases, llegó a instrumentar buenos redondos y algún natural de mano baja.

Ortega Cano estuvo tímido con su primero, no confiándose del todo tras una colada al intentar el toreo al natural. Mas con la derecha toreó con temple en algunos pasajes de la faena. Sería en el cuarto cuando Ortega Cano estaría más a gusto. Buscó al toro, y tras acoplarse volvió a torear con temple, esta vez con más entrega.

De Aparicio cabe resaltar su voluntad, un quite en el segundo de la tarde, y unos lances de breve factura en el sobrero de Manuel Álvarez. Tuvo que salir ante cuatro toros en una tarde entretenida pero amable, ya que le correspondieron seguidos dos inválidos, ya al final de la corrida. En este segundo sobrero, quiso agradar y empezó la faena de muleta de rodillas, y luego, en mitad del trasteo, también pegó algún otro rodillazo. Voluntad, que es poco, ante el lote parado y soso que le tocó lidiar. No tuvo su tarde Aparicio.

Entre los hombres de plata es de justicia resaltar al hermano de Juan Mora, por sus buenos y arriesgados pares en el segundo de la tarde, y a José Castilla, perteneciente a la cuadrilla de Julio Aparicio, porque estuvo pendiente de la lidia en todos los toros, así como por un buen par de banderillas que prendió al último de la corrida talaverana, en la cual no se dieron los tres puyazos ni por casualidad. ¡Qué se le va a hacer!

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