Intérprete de Mahler
Después de su intervención en los actos de Toledo, la Filarmónica de Israel tocó anteayer en el Auditorio Nacional, donde pudo apreciarse con justeza todo su valor gracias a la mayor calidad y comodidad acústica. Zubin Melita (Bombay, 1936), abordó la Tercera sinfonía de -Mahler, algo así como en mi juventud oír la quinta de Beethoven y después la primera de Bralims.Es obra en la que resplandecen todas las características del sinfonismo crepuscular y premonitorio del compositor, cuya, popularidad ha ido en ascenso, especialmente desde la mixtura viscontiana Mahler-Thomas Mann, tan poco, justificada como escribía hace pocos días JesúsAguirre, duque de Alba. Aunque parezca que no tienen importancia, estas mixtificaciones de los directores teatrales y cinematográficos, llegan a desnaturalizar ante el público los verdade ros perfiles de grandes autores y grandes obras.
Ciclo Orquestas del Mundo Orquesta filarmónica de Israel
Director: Z.Mehta. Solista: F. Quivar. Orfeón Donostiarra y Coral, San Ignacio. Director: J. A. Sáinz. Tercera sinfonía de Mahler Auditorio Nacional. Madrid, 6 de mayo
Zubin Mehta nos dio un Mahler -su Mahler como es lógico.- extraordinariamente bello y afortunadamente desconectado de las interpretaciones cinematográficas. Alcanzó gran intensidad y expresión poética en los momentos más intensos y menos espectaculares, como en, el lied sobretextos de Nietszche, cantado con perfección y conmovedora expresividad por Florence Quivar, el coro Tres ángeles cantaban un dulce canto, procedente de Knabe Wundernhorn, o el final que, parece homenaje rendido por Mahiér a Wagner.
Todos los comentaristas y estudiosos coinciden en la grandez extraordinaria del amplio primer movimiento, modelo de las concepciones formales, de naturaleza entre narrativa e improspectiva, tan queridas por el compositor, o se fijan de modo particular en el clima misterioso del tercero, en el que el Mahler transfigura un tema conocido a través de la obertura de Glinka y la Rapsodia española de Liszt. Mahler fue un genial transformador de formas, espíritus y temas, estilos y ritmos, empezando por la modificación de un concepto básico, el de la duración que al llenarse de contenido psicológico no puede ser medido con los mismos patrones aplicables al tiempo en la sinfonía clásica.
Me parece que en los momentos de mayor brillantez, en esos enormes clímax mahlerianos a Zubin Melita se le fue la mano y los fuertes resultaron un poco duros y acres, de lo que puede ser culpable la misma naturaleza acústica de la sala, de tan largo tiempo de , reverberación. Hay que resaltar, sin embargo, que la versión fue digna del nombre y la biografía de Melita y mantuvo expectante la atención. del público que al final dedicó a la Orquesta de Israel y a su maestro largas ovaciones, ganadas a pulso también por las, voces femeninas del Orfeón Donostiarra.y la Coral de San Ignacio, filial del Orfeón que dirige José Antonio Sáinz. Verdadera mente los cantores de San Sebastián tuvieron una actuación perfecta.
Babelia
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