Casi el 50% de las checoslovacas abortan al quedarse embarazadas

Casi la mitad de los mujeres checoslovacas que se quedan embarazadas aborta, según las estadísticas del Instituto de Información Médica de Praga, lo que hace que el país ocupe el séptimo lugar entre los de mayor tasa de interrupciones en el mundo. La razón es bien simple. La ley existente, que data de 1986, cuando el país era gobernado por los comunistas, no sólo autoriza a mujeres y médicos a someterse o practicar esta intervención sin control alguno, sino que considera el aborto "como parte de los métodos institucionales para controlar el nacimiento y la planificación familiar".

La fórmula, ideal para algunos y escandalosa para otros, acaba de ser cuestionada por sendos proyectos de ley, presentados a los Parlamentos checo y eslovaco, donde se proponen severas restricciones a la práctica del aborto en todo el país.Los eslovacos, más apasionados y extremistas en sus acciones, declaran el aborto ilegal, sólo permisible en caso de peligrar la vida humana, violación, incesto o existir problemas sociales que sea imposible resolver. El consentimiento para practicar la interrupción del embarazo sólo podría otorgarlo un comité especial creado al efecto.

Los checos, más flemáticos y pragmáticos, proponen modificar la ley de 1986, que establecía la gratuidad del servicio médico para abortar, y gravar esta operación con una tarifa que algunas fuentes sitúan en las 3.000 coronas (unas 10.000 pesetas), cifra que representa las tres cuartas partes del salario mensual promedio de un checoslovaco. Aunque la adopción definitiva de dichas leyes ha sido aplazada para después de las elecciones generales -5 y 6 de junio-, los ánimos se han exaltado.

Cada dos meses

Mirka Holubova, fundadora del grupo Nueva Humanidad, considera que la política liberal en el aborto devalúa a las mujeres. Algunas de nuestras muchachas se hacen un aborto cada dos meses. "Es más fácil abortar que ir al dentista", asegura. Ella está de acuerdo con que se fije una tarifa elevada, pues "la gente joven puede ignorar los argumentos morales, pero reacciona cuando algo es muy caro". De acuerdo con esta posición, el presupuesto que hoy se gasta en abortos, superior a los 5.000 millones de pesetas, podría destinarse para mejorar el sistema sanitario.Otros recomiendan una política cautelosa, ya que el aborto es uno de los métodos anticonceptivos más usados en el país. Radim Uzel, presidente de la Asociación para la Planificación Familiar, señala que sólo el 20% de las mujeres checoslovacas usa dispositivos intrauterinos o anticonceptivos orales. Una proporción muy baja comparada con el occidente de Europa, donde el 50% de las mujeres utiliza esos métodos. Uzel explica la situación por la falta de educación sexual y creencias equivocadas de que las pastillas anticonceptivas causan esterilidad o cáncer.

El público en general permanece a la expectativa. Ivanna Janu, miembro del Consejo Nacional Checo, considera que la situación es la herencia de 40 años de comunismo. "Debemos comenzar a decir bien claro a la gente que el aborto no puede continuar como hasta ahora", declaró.

Una encuesta publicada por el diario Slovensky Dennik arrojó que el 75% de las mujeres se opone a la prohibición del aborto. La polémica no ha hecho más que empezar.