Rusia y Ucrania inician nuevas negociaciones sobre la Flota del Mar Negro
Delegaciones de Rusia y Ucrania iniciaron ayer unas complejas negociaciones sobre cómo repartirse la Flota del Mar Negro. Antes incluso de que comenzara la reunión, el presidente ucranio, Leonid Kravchuk, rebajó el listón de las expectativas al apuntar como logro previsible de los dos días de conversaciones la elaboración de "orientaciones, principios e ideas" que abran el camino hacia el pacto.
A la reunión no asistió ningún representante de las Fuerzas Armadas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Pero esta ausencia no impidió al mariscal Yevgueni Sháposhnikov insistir en que Ucrania debería recibir sólo el 20% de la flota, mientras que el resto debería quedar en manos de la CEI. La crisis que se desaté a principios de abril, al decidir los presidentes de ambos países, con sólo 24 horas de diferencia, apoderarse de la flota del Mar Negro, se congeló cuando Leonid Kravchuk y Borís Yeltsin acordaron por teléfono iniciar negociaciones directas.
Aunque la posición de principio de Ucrania es que el país ha contribuido con su esfuerzo a la creación y mantenimiento del 17% del total de la Armada ex soviética, lo que le da derecho a quedarse con toda la flota del Mar Negro, el presidente Kravchuk ha apuntado en alguna ocasión que se conformaría con el 30% de los efectivos de esa flota, un porcentaje no muy alejado del que admiten los militares.
A estas alturas, sin embargo, el monto de los porcentajes tiene una importancia relativa porque la cuestión del reparto de barcos y aviones se inscribe en un problema mayor, como es el del futuro de Crimea, la península en que se encuentra la mayor parte de las bases de la flota.
A la vez que se decide el reparto, rusos y ucranios deben ponerse de acuerdo sobre las condiciones en que las fuerzas que quedan en manos de la CEI seguirán utilizando los puertos de Crimea, una península que pertenece a Ucrania desde 1954. Pero esas condiciones son difíciles de establecer mientras los dos países no resuelven de una vez para siempre de quién es esa península. El Parlamento de Kiev aprobó ayer una ley que reafirma la pertenencia de Crimea a Ucrania, pero que reconoce a la península una amplia autonomía, sin precedente en su historia.
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