La reventa impide que se ponga el cartel de "no hay billetes"
Transcurridas 10 corridas del abono, La Maestranza aún no ha colgado el cartel de "no hay billetes". La temporada taurina de la Expo -para la que hubo intentos fallidos de ampliar el coso, un asesor de la muestra para incrementar la oferta y un cartel que es el más amplio de la historia- parece no haber despertado el interés esperado. Aunque con llenos, La Maestranza no ha agotado el taquillaje ningún día.
Sin embargo, el efecto que produce acercarse a la plaza cada tarde es el de que el papel está vendido y que la única esperanza de asistir a la corrida es el regateo ante un reventa con ostentoso fajo de entradas en la mano.
Desde el edificio de la Previsión de Moneo, una hilera interminable de reventas acosan a cuantos tengan pinta de dirigirse a la plaza. El número de revendedores se incrementa en la esquina de la calle de Antonia Díaz, en la puerta del Príncipe, y más ostensiblemente junto a las taquillas oficiales, donde, minutos antes del paseíllo, ofrecen entradas a su precio.
Otros años, la policía organizaba sensibles pero efectivas redadas contra los reventas, y, aunque la eficacia no era absoluta, hacía que fueran mínimamente discretos. Este año preocupa más la seguridad de Sevilla y de la Expo. Que "Ia fiesta se tenga en paz", como reza el lema de la seguridad de la exposición.
Se justifica policialmente con el argumento de que la ley no permite actuar penalmente contra los revendedores. Fuentes judiciales consultadas señalan que el artículo 540 del Código Penal sería de posible aplicación, pues condena a quien "difundiendo noticias falsas o tendenciosas, amenaza o engaño, o usando cualquier otra maquinación intentaren alterar los precios que habrían de resultar de la libre concurrencia de productos, mercancias, monedas, títulos o valores, objeto de contratación".
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