400 piezas de oro evocarán la misteriosa leyenda de Eldorado

La exposición El oro de América, que se iba a abrir hoy, ha sido retrasada hasta el sábado. El presidente de la Sociedad Estatal Expo 92, Jacinto Pellón, pospuso la apertura "para que coincida con la visita de un ministro que la inaugure" según informaron en el pabellón Plaza de América, donde no supieron precisar el nombre. Las decenas de personas a las que ayer se les dijo que la muestra se presentaría hoy tendrán que posponer hasta el sábado, si todavía siguen en Sevilla, sus deseos de contemplar más de 400 singulares piezas de oro de 10 culturas prehispánicas de Colombia y Perú. Coronas, portapenes, cascabeles, orejeras, pezoneras, colgantes y otros objetos convertirán este edificio en uno de los puntos de mayor interés cultural de la Expo de Sevilla.

La presentación de la muestra, en la que participan tres países y que lleva meses preparándose, se ha pospuesto ya dos veces. Estaba prevista para ayer y se pospuso para hoy. A última hora de la tarde de ayer, el responsable de la muestra, Juan Carlos Díaz Vázquez, llamó a periódicos y agencias para que se corrigiesen las informaciones y figurase la nueva fecha. En Plaza de América los empleados de la Expo que custodian el recinto de la muestra decían ayer a los curiosos que mañana podrían visitarla. Quienes vuelvan mañana o tengan que abandonar Sevilla antes del sábado verán frustrados sus deseos. Un responsable del gabinete de prensa de la Expo dijo desconocer las causas del retraso de la apertura de El oro de América.Los trabajadores daban los últimos toques en medio de un gran sigilo, con guardas de seguridad custodiando la entrada de un recinto con candados y rejas. Los objetos, asegurados en miles de millones, se guardan tras los blindajes. El visitante entrará en la misteriosa leyenda de Eldorado en un ambiente de penumbra donde la luz potencia el esplendor de varios tesoros, entre ellos el de los quimbaya, que no se mostraba al público desde 1985. Juan Carlos Díaz Vázquez asegura que los contratos con algunos museos prohiben la difusión del valor de los seguros, que en este caso cifra en varios miles de millones de pesetas. Las dos principales colecciones de la muestra son el tesoro completo de los quimbaya, con unas 135 piezas pertenecientes a los fondos del museo de América de Madrid, y la única indumentaria completa de aderezos de un cacique chimú, procedente del Museo Larco Herrera de Lima, en Perú.

Los especialistas consideran la colección del tesoro quimbaya como única y de un valor incalculable, superior incluso a la que se muestra en el museo del oro de Bogotá. Las piezas se descubrieron en dos tumbas, en 1891, en un pueblo colombiano llamado Finlandia, en la región del Cauca. Fueron donadas por el Gobierno de aquel país a la reina regente María Cristina por la intervención española en un conflicto fronterizo entre Colombia y Venezuela con motivo del IV Centenario.

Ajuar completo

La colección no se ha podido ver desde 1985, ya que el museo de América está en obras. Según su directora, Paz Cabello, "el tesoro es importante porque no se ha vuelto a encontrar otro de similar calidad. Algunas de las esculturas son bastante bellas. Tras su descubrimiento, no fue fundido por una casualidad. Por entonces no se daba importancia a las piezas precolombinas, sólo importaba el que fueran de oro".

El ajuar del tesoro es muy completo e incluye desde cascos hasta poporos, recipientes que aparentemente se utilizaban para guardar la cal de mascar la hoja de coca, algunos de ellos con forma antropomorfa. El diseño del conjunto es bastante homogéneo y las figuras son grandes y pesadas, bien terminadas, y con motivos que generalmente suelen ser la figura humana en las superficies planas. El tesoro quimbaya estuvo durante un tiempo custodiado en el Banco de España. Actualmente, mientras dura la reforma del Museo de América, se guarda en el Arqueológico. La muestra sevillana exhibe el tesoro completo menos tres piezas, que se encuentran también en la Expo, en el pabellón sobre Arte y Cultura en torno a 1492.

"El legado pertenece al periodo clásico de la producción quimbaya, entre el 300 antes de Cristo y el 500 después de Cristo, y es el más sobrio y refinado técnicamente", explica Díaz Vázquez.