Túnez, principal vía de escape
El puesto fronterizo de Ras Jedir fue reabierto ayer tras un cierre de 24 horas
Túnez se ha convertido desde ayer en la principal vía de salida para los ciudadanos libios. El puesto fronterizo de Ras Jedir, a unos seiscientos kilómetros al sur de Túnez capital y a 135 de la turística isla de Yerba, es, tras el embargo, el acceso natural de Libia en su camino hacia Occidente. A pesar de esta servidumbre, las autoridades tunecinas se muestran dispuestas a acatar las resoluciones de la ONU y a aplicar con todo rigor las medidas de embargo aéreo y militar, como lo demuestra el hecho de que ayer a la una de la tarde se anulara un vuelo de las líneas libias que debía despegar del aeropuerto de Túnez con dirección al de Trípoli.La aduana de Ras Jedir quedó reabierta ayer por la mañana, tras un cierre de 24 horas decretado por las autoridades libias como consecuencia de la celebración de una jornada de duelo nacional para recordar el quinto aniversario del bombardeo norteamericano sobre Trípoli y Bengazi. Pocos minutos después de que se levantara la barrera, una caravana de vehículos cruzó el puesto fronterizo en dirección a Túnez, anunciando una agitada jornada de tráfico intenso.
La mayor parte de los viajeros libios se dirige hacia el aeropuerto internacional de la isla de Yerba, situado a poco menos de dos horas de viaje, donde si tienes suerte y plaza disponible puedes tomar los vuelos con destino a la capital de Túnez o a otras ciudades europeas, entre ellas París. Túnez y Yerba mantienen un verdadero puente aéreo que pone a disposición de los viajeros un aparato cada dos horas.
Este puente aéreo, establecido por razones turísticas como consecuencia de las vacaciones de Pascua, se ha convertido, sin embargo, en el principal aliviadero y salida para los ciudadanos libios. Portavoces gubernamentales aseguran que no se trata de medidas de transporte excepcionales y que son habituales en esta zona y en este periodo del año. El Ministerio del Interior ha insistido en esta línea y ha afirmado que no se han adoptado medidas especiales con respecto al embargo y a la situación libia.
El puesto fronterizo de Ras Jedir, en medio de una zona semidesértica, se ha convertido en un símbolo de la postura ambigua del mundo árabe, dispuesto, por una parte, a acatar las resoluciones de la ONU, pero al mismo tiempo a facilitar o a mitigar las consecuencias del embargo contra Libia. Ras Jedir era ya un símbolo para los tunecinos, sobre todo desde el 4 de abril de 1988, fecha en que el líder libio, Muammar el Gaddafi, anunció la desaparición oficial de las fronteras y dio órdenes para que una pala excavadora avanzara y destruyera el edificio situado en su país e hiciera lo mismo con el de la otra orilla. La operación no se llevó a término, entre otras razones, por la oposición del Gobierno del presidente Zine Ben Alí, que ha considerado siempre a Trípoli como un incómodo vecino.
Ras Jedir se ha convertido también en las últimas horas en una meta inalcanzable para numerosos periodistas internacionales que esperan en los hoteles de Yerba o en Túnez permisos de las autoridades para acceder a la zona. Las recomendaciones son claras y en algún momento tajantes. Desde la agencia de comunicación exterior, vinculada a la presidencia del Gobierno tunecino, se recuerda que la policía tiene órdenes estrictas de no dejar pasar a los periodistas hasta Ras Jedir. Para los amables funcionarios de la agencia de comunicación la alternativa es, quizá, una especie de operador turístico para periodistas, que por un día y con carácter excepcional conducirá al disciplinado grupo de informadores desde la turística Yerba hasta4a frontera libia.
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