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Ringo Starr graba un nuevo disco tras una larga época de alcohol y drogas

Enric González

Richard Starkey, más conocido como Ringo Starr, ha vuelto a la música. El antiguo beatle y su esposa, Barbara Bach, han librado su particular batalla contra el alcoholismo y la dependencia de las drogas, y ambos han emergido con éxito. Desde que hace tres años salió de una clínica de desintoxicación norteamericana no ha vuelto a probar el whisky ni la cocaína. Ahora ha dejado también el tabaco y, a sus 51 años, ha grabado un nuevo disco, con el que se irá de gira este verano por Estados Unidos, Europa y Japón. "Quiero, ser músico hasta que me muera", afirma Ringo Starr.

Ringo Starr tiene buen aspecto. Disimula bajo la barba una importante papada y oculta los ojos tras unas gafas oscuras, pero está ágil y, como siempre, rematadamente simpático. El lunes presentó en Londres un nuevo disco, Time takes time (El tiempo necesita tiempo), y esa misma noche tocó junto a su ex colega George Harrison en un concierto organizado por el Partido de la Ley Natural, una extraña organización política Patrocinada por el gurú indio Maharishi Mahesh. Al día siguiente recibió a este periódico en la habitación de su hotel."Yo no tengo absolutamente nada que ver con ese partido ni con el Maharishi", explica. "Me enteré ayer mismo de que George tocaba, estuvimos charlando y fui a escucharle, pero sólo por el rock and roll, no por nada político. George y Joe Walsh, que es uno de mis músicos y participaba también en el concierto, me pidieron que tocara la batería en un par de canciones, e insistieron, e insistieron, y al final dije que sí".

La nueva gira de Ringo Starr comenzará en junio, en Estados Unidos, y se trasladará a Europa en julio. No llegará a España, "no sé por qué, porque no me ocupo de esas cosas". "Es una lástima, porque los españoles son una gente que me encanta, como los romanos (sic) y los griegos", agrega. Se acuerda bien de los dos conciertos de los Beatles en Barcelona y Madrid, en 1965, "porque tocamos en plazas de toros, algo que no se olvida fácilmente. Tampoco me olvido de todos aquellos policías de gris y de lo brutos que eran; parecían disfrutar pegando a los chicos".

En esta nueva etapa, Ringo sólo se sentará a la batería ocasionalmente. El percusionista oficial del grupo será su hijo Zac, "que ya ha hecho varias giras por el Reino Unido y se ha ganado la confianza de los otros miembros de la banda". La música será más o menos la de siempre: las canciones del nuevo disco, de aroma inequívocamente beatle, y algunas de anteriores discos en solitario, como It don't come easy, más las imprescindibles With a little help from my friends y Yellow submarine. "Siempre canto estos dos temas de cuando los Beatles". ¿Y no le pide la gente más material de los Beatles y menos material nuevo? "No, la gente acepta lo que hay", dice.

No volverán a reunirse

Los tres Beatles vivos, por supuesto, no volverán a reunirse. "Tocamos juntos por última vez hacia 1985 o 1986, y aunque seguimos siendo buenos amigos, nos vemos muy de vez en cuando. George Harrison y Paul McCartney viven aquí, en Gran Bretaña, y yo vivo en Montecarlo". En realidad, Mónaco es sólo la residencia fiscal de Ringo. Sus mansiones de verdad están en Los Ángeles y Bahamas. También mantiene una casa en Londres por la que no aparece casi nunca. "Jamás volverán a existir los Beatles. Lo que podríamos hacer es reunir a los hijos: Julian Lennon, Zac Starr, Danny Harrison, James McCartney... Yo podría ser el manager", bromea.La liberación del alcohol y la cocaína, con los que estuvo enredado durante bastantes años, le ha devuelto el entusiasmo por el trabajo, "y eso se nota en el disco, en el que doy lo mejor de mí". "Incluso se notan mis progresos como cantante de una canción a otra", añade. Asegura que no fumar también ha contribuido a mejorar su voz. Afirma que hasta hace año y medio, cuando encendió su último pitillo, "sabía pedir un cenicero en casi todos los idiomas del mundo".

Ya no le interesa el cine, dice, y sólo quiere volver a la música para siempre: "Tocaré mientras pueda sostener las baquetas. Quiero ser músico hasta que me muera".

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