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El Estado ha reducido a una cuarta parte la ayuda para la eliminación de aceites contaminantes

Gabriela Cañas

La Secretaría de Estado del Medio Ambiente tiene ambiciosos proyectos para reordenar su política de tratamiento de aceites usados. La Comunidad de Madrid, también. Pero, mientras tanto, la primera dejó la subvención del pasado año en poco más de la cuarta parte y la segunda dice no estar dispuesta a dar ayudas a empresas privadas que obtienen deberían obtener beneficios. La planta de reciclamiento de Arganda está en suspensión de pagos, y los recogedores oficiales siguen acumulando por miles los litros de aceite contaminante.

En 1990, la Secretaría de Estado del Medio Ambiente dio una subvención de 413 millones al tratamiento de aceites minerales usados en Madrid. Pero este departamento adjudicó a este mismo concepto sólo 126 millones al año siguiente. Tal recorte ha producido una grave crisis en el sector. La empresa Ulibarri, que recicla el aceite usado, está en suspensión de pagos y aún no ha recibido la subvención de 119,5 millones correspondientes a 1991. Los cinco recogedores oficiales madrileños de aceite han contraído una importante deuda con esta empresa, y llegaron a acumular más de 2.500 toneladas de aceite contaminante (véase EL PAÍS del 23 de marzo)."Somos responsables de la quiebra de Ulibarri", reconoce José Antonio Díaz Lázaro, asesor del secretario de Estado Vicente Albero. El problema tiene una complicada raíz burocrática, dice, que está en vías de solucionarse. "Hasta ahora, estas subvenciones se otorgaban por orden ministerial. Ahora queremos aprobar un Plan de Residuos Industriales que se pacte con cada comunidad autónoma, que se recoja en los presupuestos y que, por tanto, se apruebe anualmente de forma automática".

Díaz Lázaro asegura no que no puede especificar cuantía para 1992, pero sí que habrá más dinero en el futuro. "Todo depende de lo que se pacte". Y añade: "También las comunidades tendrán que poner dinero. La de Madrid tiene mucho dinero para medio ambiente".

Pero en la Comunidad las cosas no se ven de la misma manera. Francisco Ramírez, director de Gestión de la Agencia del Medio Ambiente, es tajante: "La Comunidad ni da subvenciones ni las va a dar". De darlas, Ramírez cree que deberían ir al usuario. Es decir, abaratar el precio de venta del aceite mineral ya reciclado, lo que sería dar un vuelco al sistema actual. "Una empresa de reciclado de aceites no debería necesitar subvención", dice. "El problema de Ulibarri es haber funcionado a base de estas ayudas y haber dejado que sus instalaciones se hayan quedado casi obsoletas".

"La culpa"

"Toda la culpa es de la Administración", dice Antonio Torres, secretario de la Asociación de Gestores Recogedores de Aceites Usados (AGRAU). "El ministerio ha recortado las subvenciones y, a cambio, lo único que ha hecho desde que se aprobó la Ley de Residuos Industriales ha sido crear una empresa intermediaria, Gerpesa-Emgrisa, que se encarga de almacenar y distribuir el aceite, que en Madrid es innecesaria y que no hace más que encarecer la recogida".La planta de almacenamiento de Valdebebas de Erngrisa (Empresa Estatal para la Gestión y Control de Residuos Industriales) lleva un mes funcionando en pruebas, por lo que aún no tiene capacidad para recibir las 150 toneladas de aceite usado que se recogen mensualmente en la región. No obstante, varios recogedores oficiales madrileños han disminuido sus existencias enviando cisternas a Ulibarri y a Emgrisa. Las existencias de los cinco recogedores oficiales madrileños, por tanto, podrían estar en este momento en las 1.500 toneladas. El aceite mineral tiene usos industriales. Es el que se suele utilizar para los coches. Según el secretario de Ulibarri, Rafael Rivero, el aceite usado reciclado tiene la misma calidad que el aceite de primer refino. Sin reciclar, pero correctamente tratado, se puede utilizar como combustible. Sin el tratamiento adecuado, se convierte en un residuo industrial contaminante.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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