Audacia del sueño
César Manrique recordaba ayer en la fundación que inauguró con su nombre en Taro de Tahíche, en Arrecife (Lanzarote), que en 1968, al iniciar las obras de acondicionamiento de las cinco burbujas volcánicas, hoy sede del nuevo complejo museístico , los isleños comentaban que no estaba cuerdo. "El tiempo me ha dado la razón y ahora puedo, al fin, convencerme de que la utopía era posible en esta isla", señaló el polifacético artista.El ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, que asistió a la inauguración de la fundación, dijo que Manrique constituía el "símbolo vivo de Lanzarote, una isla en la que coexiste la belleza y la paz". También acudió al acto el presidente del Gobierno de Canarias, Jerónimo Saavedra.
En su discurso de inauguración, Manrique señaló: "Me llena hoy la memoria el recuerdo cercano de la infancia. Se me agolpan en la nostalgia y en la alegría aquellos veranos salvajes de La Caleta, donde toda la luz era mi posesión y el mar llenaba cada día los ojos salinos y pescadores de Feliciano. Me llega hoy a la memoria el Atlántico, maestro mío, lección suprema y constante de entusiasmo, y de libertad". El artista ha transformado su "paraíso particular" en un centro de exposiciones y debate que conecta, según precisó, con la corriente de modernidad que envuelve al arte contemporáneo.
Su antigua casa, concebida por él mismo en el interior de un río de lava de una erupción volcánica, será a partir de ahora un enclave cultural abierto a la difusión de las corrientes intelectuales más renovadoras y a la pedagogía del arte. Su antigua residencia, de la que tuvo que mudarse hace cinco años porque, según indicó, las visitas de los innumerables curiosos no le dejaban vivir en intimidad, ha sido ampliada en una primera fase para albergar una completa colección de su obra como pintor, escultor y autor de proyectos arquitectónicos en los que ha plasmado su teoría de integración del arte y la naturaleza.
Paisajes de lava
César Manrique llamaba ayer la atención de sus contertulios sobre los paisajes imponentes de lava que rodean la fundación y que penetran misteriosamente por los grandes ventanales abiertos en las paredes. "Son mis obras hiperrealistas", comentaba jocosamente.
César Manrique decía ayer que su gran satisfacción ha sido realizar un trabajo cargado de mensaje ecológico, que ha servido para mentalizar a sus paisanos y a los visitantes de Lanzarote sobre la necesidad de conservar el medio ambiente con el que siempre ha mantenido un diálogo de respecto y mutuo entendimiento.
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