_
_
_
_

42 trabajadores de una residencia "dan positivo" tras la muerte de una anciana por tuberculosis

Juan Carlos Sanz

Cuarenta y dos de los 200 trabajadores de la Gran Residencia de ancianos de Carabanchel, dependiente de la Comunidad, han dado reacción positiva en la prueba de la tuberculina practicada tras la muerte de una mujer de 81 años por tuberculosis, el pasado 19 de febrero. Los demás empleados del centro asistencial, que acoge a 500 ancianos, han sido vacunados. La Federación de Servicios Públicos dé UGT ha denunciado la "precariedad" de las condiciones de higiene y seguridad en el asilo.

Más información
La reacción de la roncha

La denominada Gran Residencia de Carabanchel está enclavada en el parque de Puerta Bonita -que agrupa otros dos asilos y varios edificios de los servicios culturales y educativos de la Comunidad de Madrid- y depende de la Consejería de Integración Social.Las pruebas de detección de la enfermedad fueron desencadenadas por la muerte por tuberculosis de la anciana Elsa Bademan, de origen alemán y que llevaba ingresada en la residencia 13 años. Según un responsable del centro, la fallecida no tenía familiares próximos.

La Federación de Servicios Públicos de UGT denuncia que la anciana "no fue trasladada a ningún centro hospitalario específico". Sin embargo, un portavoz de Integración Social asegura que fue ingresada en el hospital Doce de Octubre.

Los responsables de la consejería ordenaron -"como es preceptivo"- practicar las pruebas de detección de la enfermedad a los trabajadores y a los ancianos. La Unión General de Trabajadores asegura que 42 integrantes de la plantilla han dado una reacción positiva. Sin embargo, los responsables de la residencia desconocen el número exacto de infectados. "Dos o tres trabajadores han recibido ya una carta para que acudan a su médico de cabecera, pero aún no hay datos globales", agregan.

El sindicato denuncia también la carencia de guantes desechables para el personal que atiende directamente a los ancianos y la utilización habitual de guantes de goma (de los que se venden en droguerías) para lavarlos. Al mismo tiempo afirma que no hay cubos para depositar los residuos clínicos.

En la Gran Residencia de Carabanchel están ingresados 500 ancianos, de los que 300 se valen por sí mismos y 200 tienen que ser asistidos. El centro cuenta con dos médicos, 16 enfermeros y 85 auxiliares.

Un responsable de la residencia de Carabanchel ha confirmado que ningún anciano ha dado reacción positiva a las pruebas. "Parece que están más sanos que nosotros", ironiza un trabajador del centro.

Fuentes de la dirección de la residencia replican que sí hay guantes desechables para lavar a los ancianos: "Los trabajadores de servicios generales y de limpieza, que no tocan a los Internos, son los únicos que utilizan los guantes de goma; aunque en alguna ocasión los auxiliares sanitarios los han usado porque se habían acabado los desechables". También subrayan que en todos los botiquines de la residencia existen cubos separados para depositar los residuos clínicos, como ordena la normativa del servicio municipal de limpieza.

Un portavoz de la Consejería de Integración Social señala que en la residencia han surgido "muchos casos de reacción positiva" tras las pruebas, aunque los datos exactos se encuentran en manos del servicio regional de epidemiología.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_