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CONVULSIÓN EN LA C.E.I.

200 ex diputados comunistas se reúnen y declaran que "la URSS existe"

RODRIGO FERNÁNDEZ A medio camino entre la tragedia y el surrealismo. Así fue la reunión de ayer en las afueras de Moscú de unos 200 antiguos parlamentarios soviéticos de los 2.250 que tenía el superparlamento del caído imperio. Llamaron a la congregación "VI Congreso Extraordinario de Diputados del Pueblo de la URSS". El objetivo: "hacer saber al mundo" que la Unión Soviética existe -al menos en lo que a ellos respecta- y que la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) "no tiene valor jurídico".

Los antiguos diputados adoptaron, a la luz de las velas y sin discusión, quince documentos de amplio espectro, que van desde los presos acusados de participar en el golpe de Estado de agosto pasado, hasta la OTAN.Los ex diputados que todavía creen en la URSS se reunieron en el hotel Moscú ayer por la mañana y después de dos horas de espera partieron en una caravana de seis autobuses, seguidos por cientos de periodistas en coches particulares, hacia Podolsk, ciudad que queda a unos 60 kilómetros al sur de la capital rusa. Sin embargo, al llegar a esta localidad quedó claro que nadie esperaba a los parlamentarios, y después de algunas consultas la caravana se puso de nuevo en marcha colapsando la carretera hasta llegar a Vóronovo.

El lugar de celebración del foro de los nostálgicos se mantuvo en secreto hasta el último momento. Los organizadores temían que las autoridades -que habían declarado ilegal el evento- trataran de impedir la reunión. Según ellos, habían preparado de antemano tres lugares previendo las dificultades que encontrarían, pero todos fracasaron.

Los documentos que debían aprobar fueron repartidos en los autobuses, por lo que los diputados pudieron estudiarlos sólo las dos horas que duró el viaje hasta Vóronovo. Como había que volver a Moscú rápidamente con el fin de poder participar en el mitin en la plaza Manézhanaya, junto al Kremlin, y debido a la falta de condiciones para una discusión a fondo se decidió aprobar los documentos sin debate.

Alexandr Obolenski, quien se hizo famoso en el I Congreso cuando presentó su candidatura a la presidencia del Parlamento como competidor de Mijaíl Gorbachov, consiguió presentar una modificación sustancial, que fue aprobada unánimamente. De acuerdo con la propuesta, no se aceptó el cese del presidente de la URSS y se resolvió que su dimisión no exime a Gorbachov de la responsabilidad de lo que ha ocurrido en el país.

Los diputados de la antigua URSS aprobaron una resolución por la que anulan la privación de la inmunidad a los parlamentarios que participaron en el golpe de Estado de agosto y piden que se les deje en libertad. Entre éstos se encuentra el ex jefe del Parlamento soviético, Anatoli Lukiánov, quien desde la cárcel envió una carta de saludo al Congreso. Los otros documentos aprobados tratan de los medios de información, de la situación socioeconómica, de la independencia de las repúblicas, de la inadmisibilidad de que se ingrese en la OTAN, etc.

Los ex legisladores eligieron un presídium permanente, encabezado por la diputada Sazhí Umalátova y compuesto por quince personas, entre las que destacan Alexandr Obolenski; el coronel negro Víktor Alksnis; el historiador Roy Medvédev, y el general Albert Makashov.

Por la tarde, junto al Kremlin se congregaron unas 60.000 personas -según estimaciones de la policía- a celebrar la existencia de la URSS y a protestar por la política del actual Gobierno.

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