Bush se afianza como candidato republicano a la presidencia tras ganar en seis Estados
El proceso electoral norteamericano entra en su fase decisiva. A la hora de cierre de esta edición, el presidente George Bush parecía alzarse claramente con la victoria en seis Estados de los 11 en los que ayer se celebraban elecciones primarias. En Florida, con un 7% de los sufragios escrutados, y según estimaciones de varias cadenas de televisión, Bush obtenía el 67% de los votos. Pat Buchanan se situaba en un 33%, lo que representaba un buen resultado para el principal rival del actual presidente en el campo republicano. En la parte demócrata se cumplieron los pronósticos. Según las primeras estimaciones de las cadenas de televisión, Bill Clinton vencía a Paul Tsongas, salvo en el Estado de Massachusetts, feudo de Tsongas.
Los primeros datos conocidos a las 2.30 de la madrugada de hoy, hora peninsular española, apuntaban una victoria de George Bush en Massachusetts, Tennessee, Misisipí, Oklahoma, Texas y Florida. Los únicos datos sobre un porcentaje apreciable, el 7%, señalaban que Bush podría obtener un 67% frente a un 33% de Buchanan.Por parte demócrata, Clinton ganaba en estos seis Estados salvo en Massachusetts. En Florida, Clinton logró un 50% de los votos frente al 31 % de Tsongas y el 16% de Jerry Brown. La victoria de Clinton tendrá que ser ratificada la próxima semana en el norte del país antes de que el otro candidato demócrata, Paul Tsongas, se vea obligado a tirar la toalla.
"Creo que hoy será un gran día", dijo Bush cuando se abrían los colegios electorales, en los que millones de norteamericanos expresaron sus preferencias para la designación de candidatos en ambos partidos y eligieron delegados para las convenciones respectivas.
Encuestas favorables
Las encuestas ya le concedían una amplia victoria al presidente en los ocho Estados en los que competían los republicanos, en la mayoría de ellos bajo la fórmula de que el ganador vence a todos los delegados a elegir, lo cual disminuye mucho las posibilidades de Buchanan.
Buchanan, que ha dado síntomas de cierto decaimiento en los últimos días, parece haber perdido todas sus posibilidades en Florida, y únicamente está presentando batalla en Luisiana y Misisipí, con el inconveniente de que en esos dos Estados se encuentra con la competencia de otro candidato ultraconservador, David Duke.
Buchanan, que hasta ayer únicamente había conseguido 20 delegados por 206 de Bush, reconoció la pasada semana que ha llegado la hora de ganar alguna elección si quiere seguir en lo que él llama su cruzada contra el presidente.
La falta de recursos financieros y las propias presiones del Partido Republicano pueden obligarle a abandonar si sus resultados no satisfacen las expectativas creadas por su campaña. Por el contrario, un nuevo éxito de Buchanan en el supermartes habría puesto a Bush en serias dificultades.
En el campo de los demócratas, la previsible victoria de Bill Clinton coloca al gobernador de Arkansas con una gran ventaja en el número de delegados y como claro aspirante a la designación demócrata, pero eso no deja todavía fuera de juego a Paul Tsongas, que ha aceptado la derrota en el sur, pero espera recuperar esa ventaja con un triunfo la próxima semana en el importante Estado de Illinois.
"Éste es el patio trasero de Bill Clinton, asi,es que nosotros tenemos una estrategia de medalla de plata", ha comentado el ex senador de Massachusetts, que era favorito para ganar ayer en su propio Estado y en Rhode Island.
La victoria de Clinton, que contaba ya con 150 delegados más que Tsongas, puede tener un efecto de bola de nieve y abrirle el paso a nuevos y definitivos triunfos en las primarias del próximo martes.
En el supermartes de hace cuatro años, el entonces candidato demócrata, Michael Dukakis, ganó en Massachusetts y Rhode Island, pero obtuvo también victorias en Tejas y Florida, los dos Estados con mayor número de delegados en el supermartes. Completamente descartado en Tejas, Tsongas tenía en principio ciertas posibilidades en Florida, pero la mayoría de los electores prefirió a Clinton. Un triunfo de Tsongas hubiera dejado todas las espadas en alto en esta fase de la campaña. Al caer ese Estado en manos de Clinton -que tiene mucha mejor organización y ha gastado más dinero en la campaña-, su hegemonía va a ser casi indiscutible.
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