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La manía de Jack Lang por condecorar a actores de Hollywood provoca burlas

Perplejidad ante la distinción a Stallone

Aparte del hecho de estar editados en París, ¿qué tienen en común el diario The International Herald Tribune, sus colegas en francés Le Figaro y Le Monde y el semanario satírico Le Canard Enchaîné? La respuesta es que todos se burlan ahora de la manía de Jack Lang por condecorar a cualquier norteamericano famoso que se le ponga a tiro.

El ministro francés de Cultura ha nombrado caballeros de las Artes y las Letras a los actores de la industria de Hollywood Sylvester Stallone y Warren Beatty, y, quizá para equilibrar en dirección al Sur esa tendencia, también a la actriz y cantante española Sara Montiel.El periodista Bernard Pivot, creador del desaparecido programa literario Apostrophes y animador ahora de Bouillon de culture, puso el grito en el cielo al ver cómo Lang colocaba en el pecho del intérprete de Rocky y Rambo una de las más prestigiosas insignias de la cultura francesa.

En un artículo publicado en el diario Le Monde, Pivot ironizó sobre el "ridículo" en que ha caído el ministro de cultura francés al condecorar a Stallone y pasearlo como si fuera una gran personalidad cultural por la exposición consagrada a Toulouse-Lautrec y durante la velada de entrega de los premios Cesar del cine francés.

A Bernard Pivot le pareció particularmente "grotesco" el hecho de que el animador de los Cesar pidiera al público que se pusiera en pie para aplaudir la entrada en escena de Sylvester Stallone.

"Mejor hubiera sido que se hubiera pedido a los asistentes levantar los brazos para decir que se rendían ante Rambo y ante tanta estupidez", escribe Pivot. Para el papa cultural de la televisión francesa, la Orden de las Artes y las Letras está definitivamente "desacreditada". "A Rambo habría que haberle dado la Legión de Honor al valor militar".

Símbolo cretino

Stallone, según Le Canard Enchaîné, es el "símbolo musculoso de lo más cretino que puede producir la industria cinematográfica del otro lado del Atlántico". Al homenajearle de este modo, en una desesperada búsqueda por conseguir popularidad para sí y para los alicaídos socialistas, Lang, según el semanario satírico, ha provocado "vergüenza ajena". En unas declaraciones a The International Herald Tribune, Marc Fumaroli, implacable fustigador de la conversión de la cultura en la religión del Estado socialista francés, constata que Lang ha pasado de la denuncia del "imperialismo del cine norteamericano" de sus primeros tiempos, a "una extraordinaria avidez por relacionarse con las estrellas del show business norteamericano".

Nicole Kern, de Le Figaro, cree que Lang ha sido picado por la "fiebre olímpica". El ministro de Cultura "no ha podido resistir" dos semanas viendo ganar medallas de oro, bronce y plata a los participantes en los Juegos de Albertville.

Kern se pregunta por qué Lang no propone al Consejo de Ministros francés la creación de "medallas de chocolate".

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