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Reportaje:

La 'bomba islámica', nuevo enemigo de la OTAN

La seguridad y defensa de Europa, envueltas en una maraña institucional

¿Qué pinta un país asiático y musulmán, como la antigua república soviética de Kirguizistán, en el Consejo de Cooperación del Atlántico Norte? Es evidente que la política tiene razones que la geografía no entiende. Como es evidente también que, por más que la OTAN acepte sentarse en la misma mesa con los náufragos del antiguo Pacto de Varsovia, ello no conllevará su adhesión a la Alianza Atlántica. Ni siquiera el aún presidente de Rusia, Borís Yeltsin, alberga la más mínima esperanza, a pesar de haber solicitado el ingreso en una organización cuya solidez y estabilidad admiran los países de Europa del Este, pero que velozmente está girando su brújula hacia el turbulento Mediterráneo y su temida bomba islámica.

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Ninguno de sus miembros tiene la menor intención de permitir que la OTAN se transforme en una institución de seguridad colectiva. Todos entienden que ello minaría su valor como veladora de la defensa de los 16 países que integran esta organización, en el entendido común de que la seguridad europea está mejor servida si se garantiza el vínculo trasatlántico. Como entienden que la OTAN ha dejado de tener el monopolio de la seguridad de sus miembros. Quizás el mayor temor entre los expresados por Estados Unidos es que el fortalecimiento del pilar europeo convirtiera a la OTAN en un calco del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), en cuyo seno predominan en estos momentos los elementos competitivos sobre los de cooperación.De hecho, la revitalización de la Unión Europea Occidental (UEO) como brazo armado de la Comunidad Europea (CE) y su disposición a actuar fuera de zona implica una europeización de la Alianza.

El verdadero problema surgirá cuando países como Hungría, Polonia o Checoslovaquia traspasen, allá por el año 2000, la puerta comunitaria. En ese momento, de cumplirse el ofrecimiento hecho, a instancias de Grecia y Alemania, por el secretario general de la UEO, el holandés Wini van Eekelen, la organización de defensa europea tendría que admitirles en su seno.

En estos momentos, la UEO juega a todas las bandas. Por un lado, mantiene reuniones con los embajadores del Este en Londres (en breve trasladará su sede a un edificio cercano al palacio Real de Bruselas), y por otro, con representantes de la OTAN. Los responsables de la UEO están convencidos de que "una vez Europa hable con una sola voz en temas de seguridad y defensa", el siguiente paso será su fusión con la OTAN.

Teoría de los conjuntos

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La nueva arquitectura de la seguridad europea parece haber recurrido a la teoría matemática de los conjuntos. España, por ejemplo, es miembro de la UEO, de la CE, de la OTAN, del CCAN y de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE). Albania, en cambio, sólo se sienta en la CSCE, recientemente ampliada a 48 países y cuyo principal objetivo es garantizar la estabilidad y la democracia en una Europa en pleno terremoto político. Entre las futuras funciones de la CSCE podría estar, como sugiere John Chipman, director de estudios del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), la de emitir informes periódicos sobre la salud política de sus miembros, al estilo de los que, sobre salud económica, realiza semestralmente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Los miembros de la aún casi invisible Comunidad de Estados Independientes (CEI) que ha sucedido a la URSS se incorporarán al Consejo de Cooperación del Atlántico Norte (CCAN) el 10 de marzo, en una ceremonia presidida por el ministro español de Exteriores, Francisco Fernández Ordéñez. El CCAN, cuya primera reunión se celebró el Bruselas el 20 de diciembre, se creó bajo presión fundamentalmente alemana. "Es una concesión que le hicimos a Hans-Dietrich Genscher [ministro de Exteriores de Alemania]", comenta un británico experto en temas de seguridad. De hecho, es una forma de aplacar las ansias occidentalizadoras de los países del Este. "No se les podía dar con la puerta en las narices totalmente", explica, al tiempo que se lamenta irónicamente de que la OTAN no haya perdido su sex appeal. Yeltáin aspira a que el CCAN sirva de foro para limar las diferencias entre las repúblicas de la CEI.

Baile de fronteras

El incesante baile de fronteras intraeuropeas y la cascada de iniciativas de desarme han obligado a la OTAN a retirar el programa de diapositivas con el que cantaba las excelencias de la organización ante los visitantes. "Nada servía, ni las fronteras, ni los países, ni el número de tropas, de bases, de armas", explica un portavoz del cuartel general aliado. Empezando por Estados Unidos, todos los países están reduciendo sus efectivos militares a marchas forzadas. En cinco años, las tropas de la OTAN dependientes del general John Galvin se habrán reducido en un 25%, sí bien la decisión, por mor del auge integrista en el Mediterráneo, apenas afectará a las desplegadas en el sur de Europa.

La bomba islámica -en su triple vertiente militar (eventualmente nuclear), demográfica e integrista- se está convirtiendo a marchas forzadas (forzadas, sobre todo, por Estados Unidos) en el nuevo imperio del mal, la nueva bestia negra de la OTAN. No en balde el nuevo concepto estratégico aprobado en la cumbre de Roma en diciembre hace referencia, por vez primera, a la amenaza del Sur.

"La estabilidad y paz de los países de la periferia meridional de Europa son importantes para la seguridad de la Alianza, tal como ha demostrado la guerra del Golfo", reza el documento en su punto 12. Razón: "El crecimiento del poderío militar y la proliferación de la tecnología armamentística en la zona, incluidas las armas de destrucción masiva y los misiles balísticos capaces de alcanzar el territorio de algunos de los miembros de la Alianza". Siria, por ejemplo, está ya en condiciones de alcanzar territorio italiano.

Un reciente estudio histórico elaborado por la Universidad de Michigan en 20 países llega a la conclusión de que la inestabilidad de un país está en proporción directa a que más del 20% de la población tenga entre 15 y 24 años. En estos momentos, el 40% de la población de los países de la Liga Árabe (incluida la Organización para la Liberación de Palestina) tiene menos de 14 años. La inestabilidad, pues, está servida. Desde el año 1945, un tercio de las crisis mundiales han tenido el Mediterráneo como escenario. A partir de la década de los ochenta, esta proporción se ha elevado a la mitad.

A este respecto, son varios los expertos en temas de seguridad, junto a las cancillerías latinoamericanas, que consideran una equivocación haber frenado en seco el avance electoral del Frente Islámico de Salvación (FIS) de Argelia. "Si hubieran llegado al poder se habrían visto obligados a negociar", explica uno de ellos, poniendo como ejemplo la política iraní de liberación de rehenes. "No ganamos mucho si nos apoyamos en un régimen caduco". Más de uno mira hacia Francia a la hora de buscar cómplices del golpe protagonizado por una junta cívico-militar en Argelia: "Todo hubiera sido muy distinto si François Mitterrand hubiera advertido de antemano que apoyaría el proceso democratizador fueran cuales fueran los resultados de las elecciones".

La menor presencia de tropas en Europa, empezando por las estadounidenses, se verá acompañada por una reducción de las maniobras conjuntas en número, frecuencia y volumen de participantes. Es más, algunas, como las previstas para el otoño, se harán exclusivamente por ordenador. La ecología saldrá ganando, los carros de combate que invadían a menudo las granjas y los campos alemanes desaparecerán como por encanto. Igual ocurre con el material militar. El mundo de las armas sigue ganándole terreno a la ficción científica. Los envidiables carros de combate con los que la coalición multinacional amedrentó a los iraquíes durante la guerra del Golfo ya están obsoletos. La nueva generación dispondrá de rayos láser. Movilidad y flexibilidad son las contraseñas mágicas de la nueva estructura militar de la OTAN, que pasa a estar integrada por fuerzas multinacionales de reacción inmediata y de reacción rápida, cuerpos de defensa multinacionales (al mando de Estados Unidos, Alemania, Holanda y Bélgica) estacionados en la zona central y tropas de refuerzo.

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