Namibia libera a cuatro pesqueros gallegos y negocia comprar otros dos
El Gobierno namibio dio el visto bueno para la liberación de cuatro de los ocho pesqueros gallegos apresados en noviembre de 1990 y marzo de 1991 bajo la acusación de pesca Ilegal. Otros dos buques fueron adquiridos por la Administración namibia, que negocia la posibilidad de apropiarse también de los dos restantes. Cada uno de estos barcos tiene un valor estimado en algo más de 1.000 millones de pesetas. Sobre los cuatro ya liberados pesaban fuertes hipotecas.Los barcos Friopesca I, Friopesca II, Cabú I y Cotorredondo IV quedan a disposición de sus armadores fundamentalmente porque las elevadas hipotecas bancarias que les afectaban hacían difícil la posibilidad de que la Administración namibia afrontase su explotación. Para la liberación de estos barcos, según informaciones del abogado encargado del caso, Pelegrín de Benito, el Gobierno namibio creó una figura denominada "expulsión" y pidió a cambio una cantidad no precisada de dinero para los gastos de mantenimiento.
En esa operación se incluye también la compra de otros dos barcos por la Administración namibia. Se trata del Puente Belesar y el Illa de Tambo, que contaban con hipotecas bajas y que la Administración namibia adquiere para explotar, creando para ello una empresa, la Sociedad Estatal de Pesca, encargada de ordenar la actividad de los buques. El Puente Belesar era propiedad de la armadora viguesa Pereira e Hijos, y el Illa de Tambo, de la armadora Garsa de Marín, y fueron apresados en noviembre de 1990.
Por lo que se refiere a los dos restantes buques, el Altasa IV y el Frío-leiro, prosiguen las negociaciones para su adquisición por parte de la Administración de Namibia.
La liberación de los cuatro primeros barcos se consiguió después de que los abogados presentaran recursos alegando que la propiedad correspondía a la Caja de Ahorros de Vigo, al Banco Exterior de España y al Banco de Crédito Industrial. Ahora tendrá que iniciarse un periodo de negociaciones entre las entidades acreedoras y los armadores para concretar el pago.
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