Dolor y protestas en Murcia contra el terrorismo
Unas 4.000 personas acudieron ayer a los funerales del policía nacional Ángel García Rabadán, de 47 años y padre de tres hijos, muerto por la explosión de un coche bomba el pasado lunes en Murcia. Al acto asistieron el ministro del Interior, José Luis Corcuera, y las primeras autoridades de Murcia. Los familiares del policía protagonizaron escenas de dolor y de histeria. La marcha fúnebre salió de la sede de la Delegación del Gobierno, donde estuvo instalada la capilla ardiente, hasta la catedral, trayecto durante el que grupos de personas increparon a Corcuera. El obispo de la diócesis de Cartagena, Javier Azagra, expresó durante la homilía el gran dolor que sentía y el deseo de que se acabe ya el terrorismo y "podamos disfrutar de la paz". El presidente de Murcia, Carlos Collado, declaró después que había sentido "gran tristeza" porque el obispo, en su homilía, no condenó el atentado, informa Efe.