El desorden del mundo

Hace un año quedaba establecido el nuevo orden mundial. (...) Pero la historia es más astuta de lo que se cree. El mundo del nuevo orden muestra ya un desorden que no está más que en su inquietante comienzo: ruptura entre el Norte y el Sur; fuego nacionalista con su retahíla de odios y guerras civiles; nuevos avances de los integrismos religiosos; resurgir de los movimientos nazis; trivialización de discursos y de actitudes de racismo y de exclusión. ( ... ) El Norte se ha desvinculado del Sur en un movimiento que parece irreversible. Se ha alejado de la miseria meridional que en parte ha provocado, y respecto a la que desearía lavarse las manos. ( ... ) El Sur, por su parte, se hunde cada día más en su aislamiento. Las esperanzas creadas por la independencia, verdaderas o falsas, se han esfumado. ( ... ) Como si el azote del pasado no bastara, la moderna plaga del sida produce allí su devastación, sin que se le pueda oponer una resistencia a la medida.Sobrevivir, he aquí la preocupación mayor de las tres cuartas partes de la humanidad. Nunca nuestro planeta había conocido una escisión así, ahora que nos acercamos al final de un siglo en que las distancias han sido prácticamente abolidas, en que las ideas y la información circulan por encima de la censura y el aislamiento, y en que la evolución de la técnica ha alcanzado un nivel que teóricamente permite responder a las principales necesidades de, la humanidad.

8 de febrero