Ciudadanos de segunda

En la madrugada del día 8 de enero irrumpió en el área de urgencias del hospital Severo Ochoa un numeroso grupo de acompañantes. La razón: nueve horas de demora para que los enfermos fueran vistos por un médico.Detrás de este lamentable incidente existe una desproporción entre la demanda y los recursos que se agrava cada año.

En el número de urgencias atendido anualmente, el hospital, con 110.588, supera en más de 2.000 al hospital Ramón y Cajal, tres veces mayor y con una dotación de personal y medios muy superior.

Casi en cualquier aspecto destaca el desfavorable trato que nuestra área está recibiendo de la Administración. Los 1.700 enfermos pendientes de cirugía mayor de 1989 son ya más de 5.000. El coste en riesgo, sufrimiento, bajas laborales y consumo de los servicios de urgencias de estas demoras es astronómico. Los rendimientos de los quirófanos figuran entre los más elevados de la comunidad autónoma.

Ser atendido en uno de nuestros ambulatorios, en cita preferente, por un dolor torácico sospechoso de ser cardiaco cuesta más de tres meses. Para no hablar del tiempo de citación de las revisiones, endoscopias diversas, otras consultas, etcétera.

¿Cuál es la respuesta de la Administración sanitaria hasta la fecha? Se nos han añadido en 1990 las poblaciones de Moraleja de Enmedio y Humanes, lo cual, junto al crecimiento de nuestros propios municipios, supone pasar de los 275.000 habitantes para los que fue concebido el hospital a 325.000, más una numerosa población flotante de ancianos cuyos hijos han inmigrado a nuestra área. La apertura de un hospital en nuestras proximidades no ha supuesto ninguna descarga.

Con nuestras 409 camas, la relación de camas por 1.000 habitantes es de 1,25, frente a 3 en la media de la comunidad autónoma, y con sólo 10 de media y larga estancia asignadas.

Son 56 enfermeras y enfermeros (el 12% del total) los que han abandonado nuestro centro en el último año, quedando numerosos huecos de plantilla sin cubrir, lo que mantiene algunas camas y secciones de quirófano cerradas. Muchas se van porque la misma empresa les paga mejor por puestos de trabajo extrahospitalarios sin turnos de noche, ni doblajes, ni todas las servidumbres de responsabilidad de la enfermería hospitalaria.

Nuestra población precisa que un número significativo de habitantes sea transferido a otro centro menos saturado, se doten adecuadamente plantillas de todos los estamentos, cese la sangría de personal que sufrimos, se realicen de forma urgente obras en nuestro centro que aumentarían su capacidad y se proyecte y presupueste la ampliación de nuestro centro o la construcción de un segundo hospital en Fuenlabrada.-